Rue20 Español / Mequínez
Mohamed Charbi
El Perú y Colombia son dos países de América Latina. Pertenecen a la misma geografía, pero con mentalidades e ideologías totalmente diferentes. El primero está decidido a dar pasos adelante y el segundo está dando pasos atrás sin darse cuenta.
Las últimas decisiones tomadas por ambos países, El Perú y Colombia, respecto al diferendo del Sahara marroquí son la mejor prueba de ello.
El Perú, un país que piensa en el futuro y en el interés de sus ciudadanos, tomó una decisión lógica y pragmática al romper sus relaciones con la república ficticia RASD, que no existe en la realidad y no tiene peso ni a nivel local, regional o internacional.
El Gobierno peruano dio este gran e importante paso porque se había dado cuenta, en el momento oportuno, de que el futuro de los peruanos se construye cooperando con países de carne y hueso y no con países imaginarios que no pueden aportar nada en ningún ámbito. Ninguno da lo que no tiene.
El Perú miró la cuestión del Sahara marroquí con gafas de la realidad y del pragmatismo, con gafas del siglo XXI. Mientras que algunos países siguen mirando y analizando las cosas con lupas antiguas y rotas. De ahí, no pueden ver la realidad con claridad.
Con esta decisión, la República del Perú vuelve a la vía de la razón, la legalidad internacional y el respeto de la soberanía marroquí, al romper sus relaciones diplomáticas con el Polisario.
«Conforme a la legalidad internacional, plasmada en la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); y en pleno respeto de los principios de la integridad territorial de los Estados miembros de la ONU; y en apoyo a los esfuerzos desplegados por el Secretario General de la ONU y el Consejo de Seguridad para alcanzar una solución política, realista, duradera y consensuada a la controversia en torno al Sahara Occidental; y por no existir hasta la fecha una relación bilateral efectiva, el Gobierno de la República del Perú decide retirar el reconocimiento a la República Árabe Saharaui Democrática y romper toda relación con esta entidad», dijo el Gobierno de Pedro Castillo en un comunicado.
Además, «Gobierno de la República del Perú, en concordancia con el Derecho Internacional y las resoluciones de la ONU sobre el asunto del Sahara, valora y respeta la integridad territorial del Reino de Marruecos y su soberanía nacional, así como el plan de autonomía a este diferendo regional», según el mismo comunicado.
Marruecos y El Perú acordaron reforzar sus relaciones bilaterales a través de la firma de una hoja de ruta multisectorial que abarcará las consultas políticas periódicas, la cooperación efectiva en materia económica, comercial, educativa, energética, agricultura y de fertilizantes.
En cambio, Colombia, predominada por sus ideologías de antaño, decidió apoyar al Polisario aunque en el fondo sabe que este último no le va a aportar absolutamente nada. Los colombianos quieren una Colombia próspera y desarrollada, una Colombia del siglo XXI. Sin embargo, con este tipo de decisiones, ilógicas e inadecuadas, tomadas por el Gobierno de Gustavo Petro, resulta muy difícil hacer realidad el sueño del pueblo colombiano.
Así, Colombia de Petro Gustavo se desvía del camino de las verdaderas aspiraciones del pueblo colombiano. Los colombianos quieren un presidente y Gobierno que luchen contra la pobreza y la violencia, no un Gobierno que apoye a las milicias.
En vez de impulsar las reformas económicas y sociales para reducir la pobreza y la desigualdad, en una nación dividida y golpeada por la violencia, el nuevo presidente se desvía del camino de la nueva izquierda latinoamericana restableciendo las relaciones diplomáticas con las milicias del Polisario.
Al restablecer relaciones con una entidad quimérica, el nuevo presidente colombiano, Gustavo Petro, dañará las excelentes relaciones que existe entre Marruecos y Colombia.
El Reino de Marruecos y la República de Colombia establecieron relaciones diplomáticas a partir del año 1979. Desde entonces, los dos países han mantenido excelentes relaciones bilaterales de amistad, respeto y cooperación multidimensional, y actualmente cuentan con representación diplomática a nivel de embajadores en las dos capitales.
Marruecos tiene presencia en Colombia a través de su Embajada en Bogotá desde 1986, mientras que Colombia decidió elevar el nivel de representación diplomática en Marruecos con el establecimiento de la Embajada en Rabat, que desde 2013 hasta 2019 estuvo como Encargaduría de Negocios.
Las relaciones marroquí-colombianas alcanzaron un alto nivel de madurez gracias a un diálogo político muy fluido. Existe una dinámica positiva entre Rabat y Bogotá a favor de una gran alianza polifacética.
Para estrechar aún más las relaciones marroquí-colombianas, los diplomáticos de ambos países efectuaron una serie de visitas oficiales recíprocas. Entre ellas, se puede mencionar la visita oficial al Reino de Marruecos de la Vicepresidente y Canciller de la República de Colombia, Marta Lucía Ramírez, el pasado mes de octubre de 2021:, como una señal muy clara del gran entendimiento y de las excelentes relaciones que existen entre los dos países amigos.
Durante esa visita, la canciller colombiana se reunió con el Jefe de Gobierno del Reino de Marruecos, Aziz Akhannouch, para avanzar en aspectos estratégicos como energías renovables, comercio, temas de género, reactivación económica, etc.
Ambas partes se comprometieron a fortalecer la relación bilateral como socios estratégicos, para generar desarrollo económico, empleo y oportunidades para los jóvenes marroquíes y colombianos.
La diplomática colombiana se reunió también con el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, para avanzar en los principales asuntos bilaterales, en especial lo relacionado con visados, y de la agenda bilateral.
Gracias a la visita, se ha confirmado la entrada en vigor del acuerdo de supresión recíproca de visados de corta duración para fines de turismo y negocios firmado entre Marruecos y Colombia.
Asimismo, Ramírez se reunió con los Presidentes de la Cámara de Representantes, Rachid Talbi, y de la Cámara de Consejeros, Enaam Mayara, para identificar y fortalecer, como Estados, las necesidades y oportunidades para los dos países, conversando también sobre la gestión de Colombia de la migración, y otros temas de interés bilateral.
En lo se refiere a los acuerdos bilaterales, conscientes de la importancia de la cooperación bilateral, el Reino de Marruecos y la República de Colombia firmaron numerosos acuerdos que constituyen un marco legal para el desarrollo de actividades en diversos sectores de interés común: Memorando de entendimiento entre las cámaras de representantes de ambos países (2019); Programa de Cooperación Técnica, Científica y Cultural 2020-2022 (14 de febrero de 2020); Acuerdo de Servicios Aéreos, con el objetivo de impulsar el turismo tras la devastadora crisis que la Covid-19 ha impuesto en el sector (6 de abril de 2021); Acuerdo Exención de Visas para Portadores de Pasaportes Ordinarios, lo que significa que los ciudadanos colombianos no necesitarán visado para viajar a Marruecos (6 de abril de 2021); Memorando de Entendimiento sobre Cooperación para Abordar y Contrarrestar el Problema Mundial de las Drogas (6 de abril de 2021); Memorando de Entendimiento entre la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia (APC-Colombia) la Agencia Marroquí de Cooperación Internacional (AMCI), que tiene como fin el desarrollo humano, a la erradicación de la pobreza y al pleno ejercicio de los derechos por parte de la ciudadanía (6 de abril de 2021); etc.
Para concluir, hay que subrayar que no es justo ni lógico dar al traste con estas excelentes relaciones entre Rabat y Bogotá por una república ficticia que no puede aportar prácticamente nada al pueblo colombiano.
Es hora de repetir los cálculos y poner los intereses del pueblo amigo de Colombia por encima de todas esas ideologías inútiles. El nuevo Gobierno de Colombia está llamado, hoy más que nunca, a seguir el ejemplo del Perú, este último, tras pensar y repensar, ha tomado la decisión adecuada de trabajar con Marruecos alejándose de las repúblicas ficticias.
Gracias a los especiales lazos entre Marruecos y Colombia, que son dos países con profundas afinidades en temas de interés global, el Reino marroquí puede ser un puente de entrada de Colombia y de América Latina a toda África, y a su vez, Colombia puede ser el canal de ingreso de Marruecos y de África a América Latina, para conseguir la prosperidad para los pueblos amigos marroquí y colombiano.