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Brasil ingresó oficialmente al período de campaña electoral con vistas a los comicios presidenciales del próximo 2 de octubre, en el que 12 candidatos competirán y en el que tiene como máximos favoritos al actual presidente, Jair Bolsonaro, y el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) confirmó en un comunicado que recibió «12 peticiones de registro de candidaturas para el cargo de presidente de la república».
Además, el cuerpo informó que los frentes y partidos políticos quedaron habilitados para realizar la campaña electoral oficial, con actos masivos, propaganda de TV y en las redes sociales.
En este sentido, el presidente Bolsonaro abrió su campaña en Juiz de Fora, Minas Gerais, donde en 2018 fue acuchillado, lugar donde dijo que ha «renacido»; mientras que su contrincante Lula lo hizo en su cuna política y sindical, frente a una fábrica en Sao Bernardo do Campo, Gran San Pablo.
El denominador común fue que ambos eligieron la región sudeste, la más poblada del país y clave para buscar votos en niveles mayoristas.
El actual mandatario alentó a una guerra entre el «bien contra el mal» y agitó el fantasma sobre el riesgo de cierre de iglesias y templos si triunfa Lula.
Previamente, Bolsonaro participó de una «motociata», una caravana de motocicletas como acostumbró hacer durante su mandato y de un encuentro religioso.
Lula, por su parte, intentó abrir en la puerta de una fábrica de la zona sur de San Pablo su campaña pero las calles eran tan angostas que la Policía Federal determinó que no había seguridad suficiente ante un eventual ataque, según informó la central Fuerza Sindical.
Entonces, el primer acto de la campaña fue frente a la planta de Volkswagen en Sao Bernardo do Campo, Gran San Pablo, donde Lula se emocionó a sus 76 años de edad al regresar al mismo escenario donde en el inicio de su carrera sindical lideró las huelgas contra la dictadura para hablar desde arriba de un camión a los trabajadores.
En tanto, según el sondeo de la consultora Ipec (ex Ibope), da Silva aparece como favorito a vencer en primera vuelta con el 52% de los votos frente a Bolsonaro, que cuenta con 37%.
Según las leyes electorales de Brasil, si ninguno de los candidatos reúne más de 50% de los votos el 2 de octubre, se celebrará una segunda vuelta entre los dos más votados el 30 del mismo mes.
De acuerdo a Ipec, en tercer lugar registra el 7% Ciro Gomes, exministro, del Partido Democrático Laborista (PDT, por sus siglas en portugués); con 2% se ubica Simone Tebet, senadora del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), y con un 1% está Vera Lúcia, del Partido Socialista de Trabajadores Unificado (PSTU).
La consultora señaló también que en una posible segunda vuelta, Lula ganaría 51% a 35%, según los votos totales, lo cual marcaría un techo para Jair Bolsonaro, que lograría apenas tres puntos más que en la primera.