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«Haut et forte» (Alto y fuerte) ha sido la sorpresa de la penúltima jornada de la competición del Festival de Cannes, una película con mucho de autobiográfica del franco marroquí Nabil Ayouch, que habla de música y de juventud y también de problemas sociales y políticos.
«Recuerda momentos que viví en mi infancia en un barrio de las afueras de París, cuando empecé a conocer mi identidad marroquí. Fue gracias a la cámara y al cine. Comencé a amar profundamente Marruecos y a descubrir ese país en toda su diversidad», explicó este viernes el realizador en una rueda de prensa.
Un centro cultural y un cantante de rap retirado que enseña la historia del hip-hop. Ese es el punto de inicio de una película coral en la que un grupo de jóvenes se enfrenta a los prejuicios sociales y al control de sus familias para seguir su pasión por la música.
«Me di cuenta de que lo que viví en mi infancia fue exactamente lo que pasa en la periferia de Marruecos, donde hay ciudadanos de segunda categoría, ignorados, alejados del centro…», precisó el realizador, que agregó que es precisamente la cultura, el arte, lo que puede solucionar esos problemas.
«La violencia no debe ser una vía de expresión, pero si a los jóvenes no les damos otras vías de expresión alternativas, no hay nada que hacer», agregó.
Una película con un fuerte contenido social que demuestra que «la juventud tiene algo que decir, sobre las cosas que les gustan, les apasionan y les hacen soñar». Tanto en Marruecos como en cualquier otro país, señaló Ayouch, que en su película muestra a jóvenes que quieren «escribir sus historias para que otros no las escriban en su lugar».
Y destacó que, en su experiencia -fundó un centro cultural similar al que aparece en el filme y de ahí partió la idea de hacer la película- los padres, que al principio no querían saber nada de la afición de sus hijos por la música, al final se sentían orgullosos y asistían a los conciertos para escucharles.
Una música, el hip hop, que llegó en los ochenta desde Estados Unidos a Europa y luego a África, y que caló muy fuerte en el mundo árabe por lo que tiene de música de gueto y reivindicación social.
«El hip hop es un arma, un medio de expresión para acompañar los grandes cambios, eso es lo que es fabuloso para mí de esta música», agregó.
Con actores debutantes, la mayoría alumnos de música en el centro cultural del director, Ayouch comenzó a pensar en el filme hace 4 años. Primero ideó realizar un documental y luego pasó a una ficción que tuvo lista para Cannes 2020. Al no celebrarse el festival por la pandemia, decidió esperar a esta edición.
Este año, el presidente del jurado de la competición oficial es Spike Lee, algo que para Ayouch es una buena noticia, aunque aseguró no tener ni idea de lo que puede deparar el palmarés que se anunciará mañana. EFE