Rue20 Español/ Rabat
«La prisión es una fuente de radicalismo en expansión». Así de contundente alerta de esta amenaza latente Alfonso Fraile, analista del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), organismo dependiente de Interior, preocupado también por la salida de la cárcel de cinco yihadistas retornados en los próximos años.
«Si los planes en prisión no han sido exitosos podemos tener una fuente de radicalismo en nuestro país», ha dicho Fraile durante su intervención en una mesa redonda que ha compartido con altos mandos de la lucha antiterrorista de Policía Nacional, Guardia Civil y Mossos d’Esquadra en el curso de verano de la Complutense sobre el futuro del terrorismo yihadista.
Organizado por la Fundación de Víctimas del Terrorismo y el Centro Memorial de Víctimas, el curso «El futuro inmediato del terrorismo yihadista: tendencias globales, conflictos regionales y dinámicas internas» ha contado con una mesa redonda de expertos policiales sobre las conexiones e inspiración del activismo yihadista en España.
Los cuatro ponentes han coincidido en elogiar el sistema penitenciario español como referente en la anticipación y detención de conductas radicales, si bien es un escenario que «preocupa», tal y como ha incidido el teniente coronel del Servicio de Información de la Guardia Civil, Francisco Vázquez.
Prueba de ello son algunas operaciones antiyihadistas desarrolladas en el ámbito penitenciario, según ha expuesto el analista del CITCO, quien ha detallado que actualmente se encuentran encarcelados cinco combatientes extranjeros retornados a España. Uno, ha dicho Fraile, saldrá en libertad el próximo año, mientras que los otros cuatro lo harán en 2024 y 2025.
La incógnita es si, aunque su radicalismo no haya desaparecido, se ha disipado su voluntad de atentar.
Otros 260 combatientes terroristas extranjeros que salieron de España a zonas de conflicto tiene el CITCO en sus listados, otra «creciente amenaza en Europa y norte de África», ha enfatizado Fraile, quien sin embargo considera que este fenómeno nada tiene que ver con su origen.
Antes existían organizaciones que operaban en España y se encargaban de la logística en el envío y retorno de muyaidines. Ahora son autorradicalizados y no existe una red detrás. Se financian sus viajes incluso vendiendo sus coches, aunque los expertos consideran más posible la acción de un actor solitario que ni siquiera haya viajado a ninguna zona de conflicto.
«Al Qaeda y Dáesh hacen llamamientos para atentar directamente en países de residencia», subraya el experto del CITCO que desgrana, no obstante, el perfil de estos combatientes extranjeros: sos mayoritariamente hombres, siete de cada diez tienen entre 18 y 40 años y la mayoría han salido de Ceuta, Melilla, Cataluña y Madrid.
Seguirles la pista a cada uno de ellos es una tarea «muy complicada», han confesado tanto el comisario de Información de la Policía Nacional Manuel Rodríguez García Risco como el teniente coronel Francisco Vázquez como el inspector de los Mossos Lluis Paradell i Fernández, quien ha advertido también que la era post Afganistán puede traer más actividad terrorista y un aumento en la expansión de la amenaza por el continente africano.
Precisamente, preguntados por los efectos en la cooperación policial antiterrorista con Argelia y Marruecos tras las recientes crisis, el comisario de la Policía Nacional se ha mostrado contundente al afirmar que no se ha visto en absoluta afectado el intercambio de información porque «con el terrorismo no se juega». EFE
