Rue20 Español/Rabat
Tras el chantaje del gas y la medida de Argelia de cortar el flujo del gasoducto Magreb-Europa (GME), en protesta por la nueva posición española de apoyo a la autonomía del Sáhara bajo soberanía marroquí, le toca la misma suerte a un acuerdo comercial entre ambos países.
En una declaración de su alto representante para Política Exterior y Seguridad, Josep Borrell, y del vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, la Unión Europea expresó su «extrema preocupación» por la decisión de Argelia de suspender el tratado de amistad y buena vecindad firmado con España en 2002.
Para los dos altos responsables europeos, el acto unilateral argelino constituye «una violación del acuerdo de asociación UE-Argelia», señalando que la Unión Europea «se opondrá a cualquier tipo de medidas coercitivas aplicadas contra un Estado miembro de la UE».
Este nuevo acto de chantaje argelino fue denunciado enérgicamente en el Parlamento Europeo.
Eurodiputados pertenecientes a diferentes grupos políticos del Parlamento Europeo han condenado esta medida unilateral, que, según ellos, constituye una respuesta a la nueva posición soberana de Madrid sobre la cuestión del Sáhara marroquí.
El gobierno español ha respondido con firmeza a estas acciones rechazando cualquier injerencia en la política exterior del país, especialmente sus posiciones soberanas.
La respuesta de Madrid será «adecuada, serena, constructiva, pero también firme en la defensa de los intereses de España», aseguró el jueves el jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares, en declaraciones a la prensa.
Para el eurodiputado Andrey Kovachev, portavoz para la ampliación y la vecindad sur en el Partido Popular Europeo, «Argelia pone en duda su fiabilidad», y subraya que «no se debe aceptar ninguna actitud de chantaje».
La eurodiputada francesa Dominique Bilde recalcó, por su parte, que «Argelia presiona a España tras haber utilizado el arma de la migración», en relación con el Sáhara marroquí.
La misma insistió que «hay mucho que decir sobre el apoyo argelino al frente polisario y la gestión de la ayuda de la UE a los refugiados bajo su control».
El eurodiputado checo Tomas Zdechovsky consideró que «los actuales planteamientos de Argelia ante España y la Unión Europea son totalmente inútiles».
«Intentemos llenar las trincheras, no profundizarlas», estimó en un tuit.
En la misma línea, el eurodiputado Ilhan Kyuchyuk denunció el «inaceptable chantaje argelino».
«Argelia ha roto un tratado de amistad de dos décadas con España. Romper las relaciones con un socio estratégico como España es una señal también para toda la UE», avisó en un tuit, sosteniendo que «una actitud de chantaje así no debe ser aceptada».
Por su parte, el eurodiputado Petar Vitanov expresó su preocupación por este enésimo acto de chantaje argelino contra Europa.
«Estoy profundamente preocupado por la decisión de Argelia de suspender el tratado de amistad y buena vecindad firmado con España en 2002», dijo en una declaración similar.
Desde la oficialización por parte de España de su apoyo histórico al plan de autonomía marroquí en el Sáhara, Argelia ha multiplicado sus actos de represalia, desde la retirada de su embajador en Madrid, pasando por el cierre del gasoducto GME y, ahora, la instrucción dada a las instituciones financieras argelinas de suspender las transacciones con España y la suspensión del tratado de amistad y buena vecindad que une a ambos países. Map