Rue20 Español/ Tánger
Toufiq Slimani
Marruecos y su ciudad maravillosa Tánger se han convertido en una plataforma y un mirador del diálogo y la convivencia en el mundo. Tánger es un uno en tres, un nexo entre África, Europa y Asia. El Reino tiene enamorados quienes buscan la paz, la convivencia, el diálogo, la coherencia, la tolerancia y la diversidad.
No es ninguna casualidad que Marruecos se ha convertido en las últimas horas en la Meca de intelectuales, diplomáticos, políticos y periodistas para pensar, reflexionar, abordar, analizar y notificar acerca del diálogo entre las religiones y la paz.
La Presidenta del Proyecto Aladin, Leah Pisar, afirmó hoy en Tánger, en la sesión inaugural del Foro del Diálogo de las religiones, que la reunión en Marruecos es «la esperanza para conseguir la luz y el diálogo» por su posición geopolítica .
La responsable americana de origen judío agradeció a Marruecos por la celebración del encuentro y a Nasser Bourita, ministro de Asuntos Exteriores marroquí, por su presencia al acto a pesar de la situación internacional complicada. «Estamos alegres de estar aquí en Marruecos», expresó, y agregó: «Marruecos está en nuestro corazón».
También aseguró que los países deben pensar en lo positivo en vez de lo negativo. «Lo que nos une es mucho más que lo que nos separa», dijo.
«Personalmente, vengo de una familia judía, doy mis gracias al Rey Mohammed VI por consolidar los valores de tolerancia y convivencia lejos de la violencia», reflexionó sobre el papel del rey Mohammed VI en la defensa del diálogo y la paz. También destacó lo que hizo el rey difunto Mohammed V por los judíos en una época muy difícil.
«Espero que cada uno escuche al otro para luchar contra los estereotipos. No estamos aquí para que nos juzguemos, sino para aprender. Estamos aquí para dialogar e irnos de la mano», llamó a los asistentes.
La presidenta parece que no está satisfecha con lo conseguido desde la creación del proyecto en 2009, ya que concluyó con un tono muy crítico: «los dichos se deben convertir en hechos y ponerlos en la práctica».
Por su parte, Nasser Bourita, ministro de Asuntos Exteriores marroquí, destacó el rol de Marruecos en el mantenimiento del diálogo, la paz y el respeto al otro a nivel mundial.
«No hay un mejor lugar para albergar este evento que Marruecos, puente entre África, Europa y Asia», dijo Bourita.
Bourita reiteró que «Tánger es un eslabón entre los continentes», un espacio que revive la inspiración.
El ministro recordó que Marruecos está inmerso en este proyecto desde su lanzamiento en 2009, por eso el país alberga el noveno Foro y es el primero en África.
Bourita lanzó mensajes a diestro y siniestro, reflexionando que «el tiempo diplomático tiene que ser un tiempo geopolítico y geoestratégico», es decir, la diplomacia no tiene que ser dogmática ni muy aferrada al pasado.
«Se necesita una aproximación sin complejos y lejos de los bloques», sentenció antes de volver a insistir en que «la actualidad no debe afectar nuestros programas» para la paz y el diálogo.
Amén de su afirmación de que «el pensamiento radical esta basado en la ignorancia del otro». Y la diplomacia religiosa que practica Marruecos en África fomenta el conocimiento del otro y aspira a luchar contra el extremismo mediante la promoción de un Islam moderado basado en el modelo marroquí.
«Marruecos demuestra al mundo que no es una carga sino un factor para promover la paz y la convivencia y luchar contra el terrorismo», señaló el ministro. Y concluyó su ponencia llamando a que el Diálogo de Tánger convierta las luces, la paz , la tolerancia en una hoja de ruta.
