Rue20 Español/ Rabat
La apuesta de Marruecos por el multiculturalismo no es una táctica o estrategia momentánea o para el consumo externo. El multiculturalismo está muy arraigado en la sociedad marroquí. Es uno de los pilares de la nación marroquí.
Así lo confirmó Audrey Azoulay, directora General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Audrey Azoulay es de origen multicultural, de familia judía marroquí. En Marruecos respiró un ambiente de convivencia.
«Yo puedo hablar de mi experiencia personal, que es efectivamente de una familia venida de Marruecos, país musulmán pero también multicultural, con raíces judías, bereberes, arabomusulmanas», precisó en una entrevista concedida hoy a La Vanguardia.
«En mi propia trayectoria en Francia lo he vivido como una oportunidad. Me permite hablar a más gente, comprender y conocer mejor. Lo que deduzco, para mi misión en la Unesco, es la importancia de la educación en la diversidad, de valorizar la diferencia. Lo necesitamos en un mundo interconectado y con creciente movilidad, no solo física sino virtual», aclaró.
Por otra parte, a Azoulay no le inquieta la amenaza de desaparición de la prensa de papel, sí lo que le molesta en la decadencia de la profesionalidad y la calidad periodística.
«Lo que me preocupa es la desaparición de las redacciones con nivel y formación, de la profesionalidad. Me preocupa más que el formato. Yo leo la de papel pero entiendo que se lea en línea. Me preocupan más las redacciones, que tienen un coste», señaló.
La caída de los ingresos de las empresas periodísticas facilitó también la caída de la prensa en papel.
«El modelo económico, no sólo en el sector de la cultura, está completamente trastornado por la digitalización, por un mercado publicitario en línea que ha pasado a estar en manos de los gigantes de Internet y que utiliza a menudo el contenido sin remunerar justamente. Es necesario inventar una forma de remuneración más justa que permita financiar el trabajo del periodismo», criticó Azoulay.
¿El mundo iría mejor si los intelectuales y los científicos tuvieran más poder político? La directora no ve un mundo gobernado por los intelectuales ni por los científicos, pero llama a tomar en consideración sus sugerencias y aportaciones.
«No podemos tener la ilusión de que el mundo sea gobernado por los científicos y los intelectuales. Una de las mayores tragedias de la historia, el nazismo, era un régimen científico, educado, con una forma de cultura pero sin ningún valor ni respeto por la dignidad humana. No podemos tener la ilusión de un gobierno del mundo intelectual y científico. Pero los necesitamos absolutamente en las decisiones públicas, que sus voces sean respetadas. En la tragedia del clima, los científicos dicen las cosas y no se les escucha o no se les llega a comprender lo suficiente para transformar lo que dicen en acciones. Y eso es un drama», concluyó.