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El cierre de las fronteras con Ceuta el año pasado por parte del gobierno marroquí supuso un grave problema social para la ciudadanía ceutí.
Los ceutíes preferían recargar bombonas desde Marruecos porque son más baratas que las de España, aprovechando el menudeo fronterizo de los ciudadanos.
El precio de recarga de bombonas marroquíes es de 1,5 euros y las españolas 14, 5 euros. Una importante diferencia que los ceutíes se habían privado.
Sin embargo, y debido a la difícil reapertura de las fronteras, la población ceutí tiró irresponsablemente los recipientes (más de 1.000) en diferentes espacios sin cuestionar el peligro que suponen.
«No hace falta ser ingeniero químico para imaginar lo que podría provocar una detonación de una de esas bombonas si tuviera lugar en alguno de los muchos avisos que están teniendo lugar estos meses donde se han visto implicados recipientes a presión altamente inflamables», denuncian los bomberos de Ceuta.
Desde que Marruecos cerró la frontera el año pasado, según nuestros cálculos, más de 6000 botellas de butano marroquíes han quedado bloqueadas en Ceuta, según Ceuta Actualidad.