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A río revuelto, ganancia de pescadores. Eso es lo que dice el refrán y, ciertamente, suele ser así.
Mientras que España está perdiendo una serie de ventajas económicas por culpa de la crisis diplomática que tiene con Marruecos desde hace dos meses, Portugal, su vecino, tras la exclusión de los puertos españoles de la Operación Paso del Estrecho (OPE) por parte de Marruecos, está aprovechando la ocasión al máximo porque sabe que la ocasión la pintan calva.
El mercado siempre es abierto y se caracteriza por la competitividad. El mercado no espera a nadie.
Es útil recordar que esta crisis diplomática deja pérdidas millonarias para España. Ha tenido y sigue teniendo un impacto muy negativo sobre la economía española.
La ruta marítima marroquí-portuguesa conectará el puerto de Tánger-Med con el de Portimão, y entrará en funcionamiento este mismo verano a partir de julio.
Además de las ventajas económicas, la nueva línea marítima Portimão-Tánger tendrá un valor extra potenciando la dimensión mediterránea de Portugal.
Por lo demás, el fortalecimiento de las relaciones a través de una conexión desde la ciudad marroquí de Tánger dará un nuevo espacio a Portugal para ejercer su influencia en el contexto internacional.
Cabe recordar también que Marruecos es considerado el principal mercado en África para Portugal después de los países lusófonos, y en 2020 las exportaciones lusas al país africano ascendieron a 626 millones frente a los 183 millones cifrados en las importaciones.
En fin, España está perdiendo amigos mientras que otros países siguen ganando nuevos socios.
Con la enemistad y ruptura es difícil crecer y lograr el desarrollo deseado.
