Rue20 Español/ Tánger
Naoufal Bouamri
El pasado jueves 7 de abril llegó el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en una visita que puede considerarse diferente a las demás visitas anteriores, ya que se produce justo en el momento de la vuelta a la normalidad de las relaciones entre Marruecos y España, que con el coraje de los líderes y la sabiduría en el liderazgo de los dos países pudieron superar todas las diferencias que flotaban de vez en cuando y que estaban creando confusión y una verdadera preocupación sobre cómo debería ser la relación entre los dos vecinos debido a la importancia de cada país para el otro. Marruecos es importante para España ya que es la puerta de Europa y del mundo hacia África.
En cambio, España, a su vez, es importante para Marruecos, ya que es su puerta de entrada hacia Europa, y es el país que comparte una gran historia con Marruecos en la que la cultura y la política se entremezclan. Para ello, era necesario llegar al punto al que los líderes de ambos países habían llegado, o sea, el punto de pasar página de las diferencias. Las sonrisas de los dos mandatarios en la mesa del Iftar lo resumieron todo, y prometen un nuevo futuro en la relación entre los dos vecinos.
Marruecos también es importante ya que se considera como el país más receptivo para las inversiones extranjeras españolas, por lo que Marruecos es considerado el país preferido por los empresarios y las empresarias españoles en el exterior, dada su proximidad a España y el espacio de inversión que ofrece Marruecos para los empresarios españoles.
Estos cambios confirman que el Rey es un verdadero actor diplomático, y un líder de la diplomacia marroquí, que determina su estrategia que orienta y enmarca la acción diplomática nacional.
Lo que aumentó la magnitud del papel del Rey en este asunto es que hizo partícipes a los marroquíes en todos los pasos que estaba dando, ya que anteriormente había afrontado la crisis con España de una manera que hizo pública en los dos discursos que transmitió al pueblo marroquí en el marco de la relación que ha construido con los marroquíes desde que asumió el cargo.
Uno de estos dos discursos -el del 20 de agosto- se considera la guía principal para la hoja de ruta en esta crisis, que se terminó tras la carta de Pedro Sánchez enviada al monarca marroquí, en la que aclaraba la naturaleza de la posición de su país respecto a la cuestión del Sáhara, declarando claramente el apoyo del Estado español a la iniciativa de autonomía como la iniciativa más seria, creíble y realista para solucionar el conflicto del Sáhara,
También se zanjó con el comunicado del Gabinete Real, que anunció que se había pasado página de las diferencias y que Marruecos había superado todas las complicaciones que afectaban a la relación entre ambos países, después de que España respondiera con valentía a las demandas marroquíes, que consideran esta respuesta como una victoria para la historia de la relación entre los dos países, así como un gran logro político para la causa nacional, dado que la nueva posición no viene de un país cualquiera, España, que el país que fue colonizador del Sáhara, que sabe muy bien que estas regiones saharauis que fueron, son y seguirán siendo marroquíes, y corregir así uno de los errores históricos que una parte de la clase política ha venido repitiendo desde la muerte del general Franco.
La mesa del Iftar marcó el inicio de una nueva etapa en la historia de la relación entre España y Marruecos, una etapa que permitirá a ambos países ser líderes en la región mediterránea afrontando todos los grandes retos a los que se enfrenta, como los retos de seguridad, la migración irregular y el desarrollo, además de otros temas que se han vuelto urgentes, especialmente con la evolución de la crisis ruso-occidental y sus grandes repercusiones y la estupidez estratégica del régimen argelino que intenta explotar dicha crisis para chantajear a España y Europa con el gas argelino para presionarlos a que estén en contra de Marruecos,
Y esto es lo que viene diciendo Marruecos una y otra vez, porque este régimen no es digno de confianza y se está comportando de forma temeraria y brutal en la región, y aún no se ha dado cuenta de que el futuro de su pueblo está en abrir una nueva página con Marruecos olvidándose de todas los complejos de la etapa de Boumeddiene y en tender la mano a Marruecos para construir un espacio magrebí común que logre la prosperidad de los pueblos de la región y que los evite entrar en laberintos que puedan amenazar la paz y la seguridad en el norte de África, y África en general.
La mesa del Iftar, en la que participó el Príncipe Heredero junto al Rey del país, fue la principal señal de que pasar página a las diferencias con España era una elección estratégica de Marruecos y de su institución real.
No fue un momento casual en la historia de la relación entre los dos países, fue un momento para establecer el futuro próximo y lejano, así como la adhesión plena de Marruecos en esta elección, ya que es el más capaz de garantizar un futuro seguro para la región en su conjunto ante los turbulentos regímenes norteafricanos incapaces de hacer una transición pacífica en respuesta a las demandas de sus pueblos, o para aquellos regímenes donde las instituciones estatales son inexistentes, es decir, en un peligroso vacío institucional, o los que todavía andan buscando el camino de la concordia o el consenso…
La mesa del Iftar de este año, en la que se anunciaba la solución de las diferencias, coincidía con el día 7 de abril, fecha simbólica en la relación entre ambos países. En la misma fecha de 1956 (7 de abril de 1956), se anunció la retirada de España del norte del Reino que estaba bajo su ocupación, en virtud del acuerdo firmado en el que España anunciaba su retirada de Marruecos y su reconocimiento de la independencia y soberanía de Marruecos sobre todos sus territorios.
Dos días después, el 9 de abril de 1956, tuvo lugar la histórica visita del difunto Mohammed V a Tánger, comenzando desde ese momento el proceso de completar la unidad territorial de Marruecos, así como la recuperación de la provincia de Tarfaya y luego la Marcha Verde, y llegando hasta este momento a la decisión de España que dio por cerrada completamente toda esa fase colonial, anunciando su adhesión en una dinámica diplomacia internacional y de la ONU para apoyar la iniciativa de autonomía… Todo esto en una mesa del Iftar real con un espíritu que ha unido el pasado con el presente y el futuro.
Otra observación es que, a la luz de este espíritu que reinaba entre los dos países, el Frente Polisario anunció, en la noche del 9 de abril de 2022, en un breve comunicado, la suspensión de toda “comunicación con el gobierno español”, lo cual es una posición fraudulenta y una falsificación de la realidad del Polisario y la naturaleza de su movimiento en España y en Europa en general.
El Polisario en España no es reconocido como una entidad estatal, y España no lo trata como una república, sino que existe en suelo español como una organización política, y en la mayoría de las regiones españolas se mueve al amparo de asociaciones españolas escondiéndose detrás de ellas con cobardía política.
Por lo tanto, no tiene derecho a decidir romper su relación con el Gobierno español, porque no existe, y porque ni él ni sus oficinas en suelo español, y europeo en general, gozan de estatus diplomático y tampoco tienen la condición de misiones diplomáticas para tomar tal posición, por lo que su declaración y esta posición es como la danza de un gallo degollado que baila de los dolorosos golpes que recibe de Marruecos, sus aliados y las Naciones Unidas.
Traducción: Mohamed Charbi