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Meryem Ghoua
El patrimonio marroquí judío sigue atrayendo tanto a los marroquíes como a los extranjeros, esta vez cautivó al príncipe Alberto II de Mónaco.
El príncipe de Mónaco realizó, ayer viernes, una visita a Bayt Dakira en Essaouira, un museo judío ubicado en el barrio judío Mellah de la antigua medina de la misma ciudad.
El museo pretende ser un espacio espiritual dedicado a la comunidad judía de la ciudad. Desempeña un papel importante en la preservación y valorización de la memoria judía marroquí.
A lo largo de esta visita, el Príncipe Alberto II estuvo acompañado por los presidentes de los consejos provincial y comunal de Essaouira, los miembros de estos dos órganos electos y de diversos actores y personalidades de la ciudad.
Cabe destacar que André Azoulay, consejero del Rey y presidente fundador de la Asociación Essaouira-Mogador, le dio explicaciones a Alberto II sobre este lugar único en la orilla sur del Mediterráneo y en tierra del Islam, que cuenta, presenta y da testimonio de una historia única y ejemplar de la presencia judía marroquí en Essaouira.
La visita a este espacio histórico, cultural y espiritual también constituyó una ocasión para que el Príncipe de Mónaco descubra a través de textos, objetos, fotografías y videos, uno de los principales componentes de la identidad unificada y multimarroquí, así como la gran parte de la riqueza de la antigua cultura judía marroquí profundamente arraigada en la historia del Reino.
«Muy contento de estar en Marruecos y en esta magnífica ciudad histórica de Essaouira. Muy impresionado por lo que se ha logrado en este magnífico espacio de la memoria para poner de relieve el rico patrimonio de esta ciudad y su región, pero también con el fin de mostrar la importancia de las dos culturas judía y musulmana, sin olvidar la cultura amazigh, que forman parte de la historia de esta ciudad y de Marruecos», afirmó el príncipe de Mónaco Alberto II.
«Estoy muy contento de haber realizado esta visita y guardaré un recuerdo muy emotivo de ella«, agregó.