Rue20 Español/ Mohammedia
El poder de la palabra no tiene límites. Hablando se entiende la gente. Para llegar al otro tienes que hablarle en su lengua, sobre todo, si estás en su casa.
Todo esto lo ha hecho, Asma Chaabi, la primera mujer alcaldesa en la historia de Marruecos, durante una entrevista concedida ayer al diario panameño ‘La Estrella de Panamá’ durante su visita a este país latinoamericano.
Con un castellano entendible, sin recurrir al francés o al inglés, Asma logró romper estereotipos y prejuicios acerca de Marruecos y la mujer marroquí.
Una mujer que sorprendió a su entrevistadora. Una mujer marroquí moderna, culta, politizada, partidista, y no feminista.
Una mujer que no se deja llevar por la nueva tendencia feminista. A lo largo de la entrevista, Asma acertó en acercar Marruecos y la realidad de la mujer marroquí a los latinoamericanos y panameños.
En realidad, Asma explicó a los panameños que Marruecos tiene una larga vida política e historia feminista. También planteó un socialismo a la marroquí. Además, tuvo la valentía de negar tajantemente que es una feminista.
“Jamás he dicho que me considero feminista, no me gusta esa etiqueta. En Marruecos hay un movimiento feminista que tiene más de 40 años. Yo estoy en mi partido socialista, pero no el tipo de socialismo que se ve en Latinoamérica, como Venezuela, por ejemplo. Ser socialista es crear cosas para tu país, para mí es eso. Estar en un partido socialista es crear riquezas por nuestro país”, afirmó.
También cree que la misoginia en la política existe en todo el mundo y no solo en Marruecos. “Claro que sí, pero no nada más en Marruecos, en todas partes del mundo. Siempre creo que hay un sitio para cada uno de nosotros: hombres y mujeres, pero lo que debemos hacer es entender que las mujeres tenemos mucho que aportar en todas partes y eso es lo que nos hace afortunadas. A mí no me gusta mucho la palabra luchar, pero si hubiese otra palabra más fuerte la emplearía”, aclaró.
En Occidente, a veces, se circula que todas las marroquíes llevan el velo o todas las que lo llevan lo ponen por obligación. Un prejuicio que desmintió Asma.
“La verdad es que creo que la religión es algo interno. Nosotros en Marruecos muchas veces no nos ponemos velo. Creemos en un Dios y en todo lo que ha hecho nuestro Dios, y lo más importante es que en la religión musulmana prevalecen los valores. Pienso que los valores son universales: no matar, no mentir, no robar y respetarse el uno al otro. Lo del vestir es algo muy personal, estamos en un país donde existe la libertad de elegir cómo cada uno se quiere vestir”, señaló.