Rue20 Español/Málaga
Pedro I. Altamirano
Los europeos tenemos la vieja costumbre de ver con las gafas del colonialismo africano. O es como lo vemos nosotros, o no lo es. La democracia es como la pensamos nosotros, o no lo es, o se avanza a ritmo europeo o no se avanza. Más aún cuando hablamos de un concepto tan amplio como adaptar cultura, tradición y democracia. ¿Qué es la democracia, sino el gobierno del pueblo por el gobierno? Entonces ¿existe sólo un modelo de democracia? Si, sin duda, pero el modelo aplicar, o el tiempo para conseguirlo, también sin duda, es distinto para cada pueblo.
Marruecos es un claro ejemplo de éxito en la evolución democrática. No voy a remontarme muy atrás en el tiempo, ni a los de Mohammed V el “libertador” ni a los de Hassan II el “unificador” que bastante tuvieron con comenzar a liberar uno del colonialismo hispano francés, ni el otro con el trabajo de la liberación de las provincias del sur y continuar con la labor de unificación territorial del Reino. Como resultado de trabajo de ambos, llevo a la unidad nacional, a la unificación y a la paz social. Elementos básicos para evolución de cualquier país.
Mohammed VI heredó un país donde estaba todo por hacer, pero con el terreno abonado para poder hacerlo. Se puso a ello con todo lo de esfuerzo de liderazgo que suponía, y pronto se comenzaron a notar los cambios en todas las áreas del país, tanto a niveles económicos, avances sociales, culturales y democráticos. Se trataba de la construcción de un Estado de Derecho y respeto a los Derechos Humanos.
Pronto se emprendieron reformas del Código de Libertades Públicas, Código de familia, en el que se consagra el principio de igualdad entre la mujer y el hombre en lo que respecta a responsabilidad familiar. Importante reforma del Código de Procedimiento Penal, del mismo modo que el proyecto de criminalización de la tortura. En el plano institucional se han creado diversas instancias, como los tribunales administrativos, de comercio y de familia entre otros. Mención especial merece el Consejo nacional de los derechos Humanos, que ha permitido la liberación de presos políticos, indemnización de víctimas, y favorecido el retorno de los exiliados políticos. Del mismo modo se creó la figura del Defensor del Pueblo, llamada en Marruecos Diwam Al Madhalim.
En el plano de la participación política se ha visto reforzada por la aprobación de una nueva ley de partidos con el objetivo de mejorar el nivel de la vida política y consagrar las reglas de racionalización, democracia y transparencia, en lo relativo a la creación de partidos, sus programas, sus métodos de gestión y su financiación. Todo un éxito a la vista de la creación de partidos de todo el arco ideológico, y el incesante crecimiento de la participación ciudadana en las elecciones.
No hay democracia sin información libre y respetuosa, lejos de populismo y amarillismo manipulador. Por ello, en materia de comunicación, se han puesto en marcha varias reformas, entre las que se encuentran la relativa al Código de la Prensa, o la aprobación de la ley sobre comunicación audiovisual, ley que crea la Alta Autoridad de la Comunicación Audiovisual, encargada de regular el sector audiovisual. La liberalización de este sector se ha visto reflejada en la creación de numerosas publicaciones periodísticas independientes y de verdaderos grupos de prensa, editoriales, emisoras de radio libres y canales de televisión privados e independientes.
Como resumen resaltar los tres primeros artículos de la Constitución de Marruecos de 2011.
- Artículo primero. Marruecos es una monarquía constitucional, democrática, parlamentaria y social. El régimen constitucional del Reino está fundado sobre la separación, el equilibrio y la colaboración de poderes, así como sobre la democracia ciudadana y participativa, y los principios de buen gobierno y de la correlación entre la responsabilidad y la rendición de cuentas. La Nación se apoya en su vida colectiva sobre unas constantes federales, que son la religión musulmana moderada, la unidad nacional de afluentes múltiples, la monarquía constitucional y la decisión de optar por la democracia. La organización territorial del Reino está descentralizada, fundada sobre una regionalización avanzada.
- Artículo 2. La soberanía corresponde a la nación que la ejerce directamente por medio del referéndum e indirectamente por medio de sus representantes. La nación elige sus representantes en el seno de las instituciones elegidas por medio de sufragio libre, limpio y regular.
- Artículo 3. El islam es la religión del Estado, que garantiza a todos el libre ejercicio de los cultos.
No hay democracia sin educación, prestaciones sociales, desarrollo económico y reparto de riqueza. Así se puede verificar nada mas llegar al país. Unas infraestructuras de primer nivel para adaptar Marruecos al futuro con una amplia red de autopistas que no paran de crecer por todo el país y que ya ha llegado a las provincias del sur El Aaiún y Dakhla. Creciente red de trenes de Alta Velocidad, nuevos y competitiva red de puertos y aeropuertos, que han impulsado a las grandes inversiones económicas internacionales, que están creando una amplia clase media en la que sostener el crecimiento del país.
Crecimiento económico que está dotando de medios para una creciente protección social, creación de centros educativos, tanto a nivel de la importante formación profesional como universitaria sin olvidar un tremendo esfuerzo de alfabetización, hospitales, protección a los más desfavorecidos para que nadie se quede atrás.
Soy malagueño, y por ello valoro muy mucho los esfuerzos del Reino de Marruecos, ya que en el escudo de la ciudad malagueña reza “La primera en el peligro de la Libertad”. La lucha por las libertades y la democracia no es fácil, ni gratis, cuesta tiempo y muchos sacrificios. Valorar por tanto los tremendos esfuerzos del Reino de Marruecos por la democracia, es una obligación de todo demócrata que apoya el desarrollo de las democracias.
Marruecos, liderado por Mohammed VI el “democratizador,” es un ejemplo democrático valorado por países de medio mundo, menos por la mayoría de los países europeos, menos aún por España. Ello nos debe hacer reflexionar del porqué de este de rechazo, si por ignorancia, o por racismo colonial supremacista. No estoy seguro, de lo que sí lo estoy es que Marruecos es una gran democracia, ejemplo a seguir por todos los demás países africanos, y que Europa debe apoyarlo en todo lo necesario.
Politólogo español
