Rue20 Español/FEZ
Ismail El Khouaja
«El que tiene, ya tiene», dice el refrán marroquí que se puede aplicar a la cumbre futbolística de ayer en Champions League entre Real Madrid y PSG.
El fútbol una vez más da lecciones y lanza un buen mensaje a los presidentes de los clubes europeos, los petrodólares más específicamente.
El fichaje de megaestrellas nunca va a ser una buena opción para ganar la Champions o construir un club. Salvo sorpresas. Puede darle el show buscado a la afición en ligas europeas, pero una cumbre solo (o la mayoría) la ganan los buenos equipos.
Y con buenos equipos se refiere a los equipos que juegan al y por el fútbol. El juego de lucha. Clubes que confían en sus instituciones y jugadores, que construyen el equipo pero desde la base.
El PSG del petrodólar Khelaifi otra vez sale de Champions de remontada. La primera contra el Barça y ahora el Madrid. Dos históricas remontadas que plantean varias cuestiones y dan más lecciones al presidente del club parisino.
Teniendo al mejor portero, al mejor lateral, al mejor del mundo, al campeonato del mundo… no basta para perfilar un equipo competitivo y con ADN ganador.
Según estimó Sport, PSG invirtió 1.300 millones e fichajes en apenas 10 temporadas. Tanto dineral para seguir perdiendo…
Teniendo a varias estrellas en un once puede ser un problema. Real Madrid lo sabe, confió en sí mismo y logró acabar con el sueño parisino a pesar de un resultado de ida en su contra y de las bajas que tenía.
Benzema demuestra una vez más que es el líder del club. Una bestia de fútbol y pesadilla para cualquier portero. Un 9 perfecto.
¿Qué pasaría ahora con el PSG? ¿Qué fichajes bomba está planeando robar de otros clubes? ¿Se quedará Mbappé? ¿Cómo lo va a convencer? ¿Seguirá Messi? ¿Se arrepentirá de abandonar al Barça para «competir» en PSG? ¿Se irá a por Haaland?… Muchos interrogantes al que el PSG debe encontrar respuestas.
El PSG tiene que hacer una autocrítica y planear un proyecto. Sin proyecto no hay club. PSG necesita concentrarse en el lado futbolístico más que el económico, y así irá construyendo el equipo parisino que necesita. Mientras tanto, está dañando al fútbol.