Rue20 Español / Alhucemas
Mohamed Charbi
Desde el inicio de la crisis diplomática entre Rabat y Madrid, la vecina España no deja de buscar vías de solución para salir cuanto antes de la situación que siguen viviendo ambos países política y diplomáticamente
Sin embargo, el problema de España es que buscaba todas las vías menos la del Sáhara, es decir, quiere zanjar la crisis sin cambiar su posición respecto a la cuestión del Sáhara de Marruecos.
Mientras que esta última, el tema del Sahara, es la única solución existente para que las relaciones hispano-marroquíes vuelvan a la normalidad.
Según señalan fuentes diplomáticas al diario español El Periódico, el ministro de Exteriores de España, José Manuel Albares, no quiere viajar a Rabat y entrevistarse con su homólogo marroquí Nasser Bourita simplemente para «hacerse la foto» y poner fecha a la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre los dos países que se canceló en diciembre de 2020.
El Gobierno español, añaden las fuentes, defiende que la relación con Marruecos no puede limitarse solo a la búsqueda de una solución para el Sáhara, sino que debe incluir otros expedientes como el de las ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla o la promesa de que ambos Estados combatirán la inmigración, las redes de narcotráfico o el yihadismo de manera permanente.
Hoy por hoy, el Gobierno español se muestra dispuesto a empujar para que haya un acuerdo sobre el Sáhara, informa El Periódico.
Según señalan fuentes diplomáticas españolas al mismo diario, ahora los tres países que de verdad pueden influir, España, EEUU y Francia, «están implicados», en la búsqueda de una solución a través del enviado especial del secretario general de Naciones Unidas para el Sáhara marroquí, Staffan de Mistura.
«Por primera vez, los tres parecen determinados a encontrar una salida. El Ejecutivo (español) no ha ocultado su disposición a ayudar a Mistura», añade.
Para El Periódico, el espaldarazo de Trump, realizado en diciembre de 2020, ha decantado bastante la balanza hacia Marruecos.
La única salida que el Reino de Marruecos está dispuesto a aceptar es el plan de autonomía, presentado ante la ONU en 2007.
Dicho de otra forma, «hablar de otra cosa, tras el reconocimiento de EEUU a la soberanía marroquí, sería una pérdida de tiempo».
