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Ismail El Khouaja
La situación económica en Argelia está que arde. El régimen militar, aunque intenta taparlo todo usando para ello todos medios necesarios, no logra su miserable misión.
Las atrocidades del régimen militar ya son noticia tanto de medios nacionales como internacionales.
En este sentido, el medio italiano «Inside Over» resaltó luz sobre la flagrante situación en materia de derechos humanos y libertad de expresión impuesta por el régimen militar de Argelia para callar las voces del movimiento pacífico Hirak.
El medio dejó claro que la situación en Argelia es «intensa», señalando que la represión en este país se ha convertido en una «amarga realidad».
Ante la mala situación económica que vive el país (rico en petróleo y gas), el régimen militar teme acrecentar las manifestaciones del movimiento Hirak, en su tercer aniversario.
Por ello, los de Chengriha no dudan de recurrir constantemente a inventar délitos de «terrorismo» contra los activistas del movimiento para poder para perseguirlos y meterlos en la cárcel, y así seguir tapando la catastrófica situación que vive el pueblo argelino que lleva meses padeciendo la escasez de pan, leche, patatas, etc. Y gas también.
Al respecto, el medio italiano hizo recordar de las preocupaciones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre el mal uso de las leyes antiterroristas contra este movimiento pacífico, explicando que “cualquiera que levante consignas o escriba artículos que se perciban como una crítica a la clase política está susceptible de enfrentar un delito grave de terrorismo en virtud del artículo 87.” Duplicado del Código Penal de Argelia.
Señaló que «el número de detenidos políticos va en aumento», y señaló que el comité argelino para la liberación de detenidos ha informado de «al menos 70 detenidos por delitos de opinión».
El medio recordó que hace exactamente tres años, el pueblo argelino salió a las calles para exigir la salida del presidente Bouteflika, quien presentó su candidatura para un quinto mandato presidencial, y señaló que desde entonces el movimiento ha continuado su protesta por un «cambio real de el sistema político» y una mejora de la situación socioeconómica.