Rue20 Español/ Casablanca
T. S.
El fútbol es la nueva religión con más seguidores en el mundo. Cada día, cada fin de semana, cada dos años o cuatro años, millones de espectadores se dirigen a la Nueva Meca: un estadio en un determinado lugar.
Hay espectadores peregrinos que se dirigen a las canchas para practicar sus rituales gritando, apoyando, bailando o animando. Otros que no pueden asistir, por diversos motivos, llevan a cabo esta peregrinación virtualmente en casa o cafés dirigiéndose al televisor.
«Yo no soy más que un mendigo de buen fútbol. Voy por el mundo, sombrero en mano, y en los estadios suplico una linda jugadita por amor de Dios. Y cuando el buen fútbol ocurre, agradezco el milagro sin que me importe un rábano cuál es el club o el país que me lo ofrece», reflexionó el difunto periodista y escritor uruguayo, Eduardo Galeano.
El fútbol en sí es pacífico y divertido, pero todo depende de su uso. Cada cual lo usa a su manera. Desafortunadamente, algunos lo han convertido en un negocio y drogante.
El mal uso del fútbol por el régimen argelino condujo a la selección argelina en la CAN-2022 a cosechar unos malos resultados y salir pronto de la competición continental africana.
La politización del fútbol por los generales argelinos ha sido una mala noticia para la selección argelina.
La selección argelina tiene un muy buen grupo, grandes jugadores, un buen entrenador, la motivación del hincha. Todos los caminos conducían al éxito. Sin embargo, la presión política a los jugadores les había dejado pensar más en ganar para jugar en vez de jugar para ganar.
La selección argelina de fútbol fue eliminada de la Copa de África de las Naciones (CAN) que se celebra en Camerún, tras su derrota frente a su homóloga marfileña con un resultado de 3 goles a 1, ayer jueves en el estadio Japoma de Douala, en un partido de la 3ª jornada del grupo E.
Argelia quedó eliminada tras dos derrotas, la primera contra Guinea Ecuatorial (0-1) y un empate (0-0) contra Sierra Leona.
Argelia fue uno de los destacados candidatos a ganar la Copa Africana. La pronta salida de la selección argelina se debe a la presión ejercida sobre los jugadores. Había un ambiente tóxico.
Los responsables argelinos, directa o indirectamente, le han echo la culpa a los estadios, a la magia, a África, a los árbitros, a Marruecos, a la CAF, entre otros. Puras escusas.
La selección argelina podría volver a impresionar a los argelinos y los africanos, si logra despolitizarse mentalmente.
Echarle la culpa a los demás, es un acto de huida hacia adelante para no reconocer el error de politizar el fútbol.