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Las declaraciones del ex comisario, José Villarejo, han sucumbido a España, más concretamente Cataluña.
El martes pasado, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, pidió al Estado que se abrieran diligencias respecto a las declaraciones de Villarejo con el fin de esclarecer la verdad sobre el atentado del 17 de de agosto de 2017 en Barcelona.
Según tales declaraciones emitidas durante el segundo día de su interrogatorio en el juicio que se celebra ante la Audiencia Nacional por tres piezas del llamado caso Tándem, el atentado del 17-A fue fruto de un «error grave» cometido por el entonces director del CNI Félix Sanz Roldan, al querer «darle un pequeño susto a Catalunya».
Estas declaraciones ardieron las redes sociales de comentarios de responsables y dirigentes independentistas que ven en ello una amenaza del Estado hacia Catalunya que pedía la independencia.
En este sentido, el expresident Carles Puigdemont ha denunciado en Twitter que «la defensa de la unidad de España ha llevado a conductas criminales», instando así al Rey y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decir la verdad sobre la implicación del CNI en el atentado del 17-A.
Por su parte, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, exigió a través de Twitter que se investigue el caso.
«Esta tarde he encargado a los servicios jurídicos del Parlament que preparen una denuncia a fiscalía para que se investiguen los hechos que se desprenden de las graves declaraciones en sede judicial del comisario Villarejo», tuiteó.
Ante estas declaraciones, queda por ver la versión del gobierno de España sobre la credibilidad de las declaraciones del ex comisario. Un tema muy complicado sobre la mesa de la Moncloa.