Rue20 Español/ Fez
España defiende un levantamiento progresivo de las sanciones a Siria tras la caída de Bashar Al Asad, bajo la condición de que se garantice una transición pacífica e inclusiva. Esta postura fue expresada por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, durante una reunión con el líder del Organismo de Liberación del Levante (HTS), Ahmed Al-Sharaa, quien asumió el poder el 8 de diciembre de 2024.
El régimen actual, que anteriormente tenía una ideología islamista yihadista, busca normalizar relaciones con actores internacionales, como lo demuestra la apertura del Palacio del Pueblo a la prensa y a líderes occidentales.
Como muestra de apoyo, España ha destinado 10 millones de euros al nuevo gobierno sirio para 2025. Este monto incluye 6 millones de euros en ayuda humanitaria, 1,6 millones en ayuda alimentaria a través de programas internacionales y 3 millones destinados a ACNUR y al CICR, según recogió la prensa ibérica.
“Hoy he anunciado a las nuevas autoridades que este año 2025 tenemos ya un primer paquete de 6 millones de euros en ayuda humanitaria”, reveló Albares durante una rueda de prensa celebrada en el Palacio del Pueblo en Damasco.
“También hay unas necesidades alimentarias acuciantes en Siria. Por eso he ofrecido que destinemos una primera partida de 1,6 millones de euros en ayuda alimentaria a través del programa Grain for Ukraine y del Programa Mundial de Alimentos, de forma que, por un lado, ayudemos a Ucrania comprando su grano y, por otro, paliemos la tremenda y terrible situación alimentaria aquí en Siria”, agregó.
El jefe de la diplomacia española abogó por el respeto a los derechos humanos, los derechos de las minorías religiosas y los de las mujeres en Siria. Este punto ha generado preocupación en algunos colectivos de mujeres, que temen posibles retrocesos en sus derechos, aunque no se han reportado persecuciones directas desde la llegada del nuevo régimen.
“Para levantar las sanciones es necesaria la unanimidad”, explicó Albares, aclarando: “Yo hablo en nombre de España, pero estoy dialogando con los distintos países que están teniendo contactos aquí en Damasco con las nuevas autoridades y con los principales actores europeos. Más o menos compartimos todos la misma visión: tenemos que poder ayudar al pueblo sirio, ofrecerle un futuro, tanto a quienes están aquí como a los millones de refugiados [en torno a 7 millones]”.
El ministro español visitó también la prisión de Sednaya, un símbolo del régimen anterior, ahora vacía. Allí destacó las condiciones de abandono de la instalación: “En la prisión [de Sednaya], acompañado por el colectivo de los cascos blancos, he recorrido una instalación que ahora se encuentra abandonada y en la que se pueden ver los agujeros en los suelos y las paredes realizados posteriormente en la búsqueda de estancias secretas, que nunca aparecieron”.
Además, Albares presidió una ceremonia para izar la bandera española en la embajada de España en Damasco, cerrada desde 2012, y condecoró a los empleados que mantuvieron la legación operativa durante el conflicto.
España condiciona su apoyo a la transición liderada por HTS al respeto de principios fundamentales como la integridad territorial de Siria y una transición pacífica e inclusiva. Esta etapa marca un antes y un después en la historia contemporánea de Siria, un país que ha sufrido numerosas crisis humanitarias durante el régimen recientemente derrocado.
