Rue20 Español/ Rabat
La artesanía en Marruecos es mucho más que una expresión artística; es la esencia de una civilización que mantiene sus raíces mientras evoluciona con los tiempos. André Azoulay, Consejero de Su Majestad el Rey y presidente fundador de la Asociación Essaouira-Mogador, destacó esta dimensión durante un evento en Rabat titulado “Portadores de antorchas: tesoro de las artes tradicionales marroquíes”.
Azoulay subrayó que la artesanía marroquí actúa como un «puente virtuoso» que une, a través de su saber hacer, la riqueza cultural del país con su cohesión social. Esta capacidad de reflejar diversidad y unidad convierte a la artesanía en un símbolo clave de la identidad nacional. Desde los talleres de las medinas hasta las manos de los maestros artesanos, cada creación transmite una herencia que conecta generaciones.
Essaouira, con más de 5.000 artesanos registrados, representa un ejemplo vivo de esta tradición. Azoulay resaltó cómo esta ciudad combina creatividad y patrimonio, mostrando al mundo la vitalidad de la artesanía marroquí como pilar de su identidad.
El compromiso con la artesanía implica preservar su legado como fuente de ingresos y expresión cultural. El programa liderado por el Ministerio de Turismo y Artesanía junto a la UNESCO, centrado en formar a aprendices en oficios en peligro de extinción como el trabajo en lana o las sillas bordadas, destaca esta visión. Marruecos e India lideran esta iniciativa única, que busca reavivar los oficios tradicionales dentro de una estrategia sostenible y ambiciosa.
Azoulay hizo un llamamiento a reconocer a los maestros artesanos, guardianes de la memoria cultural, por su papel fundamental en transmitir estos saberes. Este esfuerzo asegura que la «firma marroquí» en la artesanía mundial siga siendo un referente de excelencia y creatividad.
Durante la ceremonia, se rindió homenaje a estos guardianes del patrimonio inmaterial, destacando su resiliencia y talento. En palabras de Azoulay, la artesanía marroquí es un legado y una promesa de futuro, donde la riqueza de las tradiciones continuará conectando a Marruecos con el mundo.
La artesanía, como puente entre pasado y presente, diversidad y unidad, raíces y modernidad, reafirma su papel esencial en la identidad marroquí. André Azoulay lo describe como una obra maestra que merece ser celebrada y protegida.