Rue20 Español/Ranat
El prestigioso diario Le Monde ha destacado el papel de Marruecos en el Sahel, resaltando su relevancia como mediador en una región marcada por la inestabilidad y el declive de la influencia de potencias tradicionales como Francia. Según el artículo, «en el Sahel, Marruecos se impone como un mediador indispensable para los occidentales», destacando cómo el Reino ha logrado posicionarse estratégicamente en un contexto geopolítico complejo.
Marruecos ha sabido mantener relaciones constructivas con las juntas militares que gobiernan en Mali, Burkina Faso y Níger. «El Reino ha sabido mantener buenas relaciones con las juntas en el poder en Bamako, Uagadugú y Niamey», subraya el texto. Este enfoque diplomático pragmático le ha permitido mediar en cuestiones sensibles, como la reciente liberación de agentes franceses retenidos en Burkina Faso, consolidando su papel como intermediario clave entre Occidente y los nuevos líderes soberanistas de la región.
Además de su habilidad diplomática, Marruecos complementa su influencia con iniciativas económicas y religiosas. Desde la formación en seguridad y defensa hasta inversiones en sectores estratégicos como telecomunicaciones y finanzas, el Reino refuerza su presencia en el Sahel. Su neutralidad, al no ser miembro de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), le permite evitar tensiones regionales y mantener relaciones fluidas con las nuevas autoridades de la región.
El diario señala que «al actuar como intermediario, Marruecos presta un importante servicio a Francia», reflejando su impacto en las relaciones internacionales. Esta labor no solo responde a un enfoque pragmático, sino también a una visión estratégica de largo plazo que busca fortalecer la influencia del Reino en África y promover la estabilidad y el desarrollo en sus vecinos del sur.
Uno de los factores clave en el éxito de Marruecos es su capacidad para combinar diplomacia con acciones concretas que consolidan su presencia. Desde proyectos de infraestructuras hasta el fortalecimiento de su influencia religiosa, el Reino se presenta como un socio confiable que invierte en el bienestar de las comunidades locales. Este enfoque integral refuerza su posición como un modelo de liderazgo efectivo en África.
Con estas iniciativas, Marruecos se afianza como un actor indispensable en la política africana e internacional, reafirmando su compromiso con la estabilidad y el progreso en la región.