Rue20 Español/ Tánger
Su Majestad el Rey Mohammed VI llamó, hoy viernes, a elaborar una hoja de ruta claramente definida y consensuada que permita adoptar orientaciones estratégicas para la próxima etapa de la implementación de la obra de la regionalización avanzada.
En un mensaje dirigido a los participantes en el segundo Coloquio Nacional sobre la Regionalización Avanzada, que se celebra los días 20 y 21 de diciembre en Tánger, el Soberano llamó, igualmente, a seguir desplegando los esfuerzos para hacer frente a los diversos desafíos actuales y venideros que plantea esta obra estructurante.
Entre los cuales, SM el Rey mencionó siete desafíos principales relativos a la implementación efectiva de la Carta Nacional para la Desconcentración Administrativa; comprobar y poner en marcha las competencias de las comunidades territoriales, particularmente de los consejos regionales; la consolidación de la democracia participativa a nivel regional y local, en aplicación de las disposiciones de la Constitución del Reino.
Se trata también, prosiguió el Soberano en este mensaje, que fue leído por el ministro de Interior Abdelouafi Laftit, del desafío de la vinculación de la responsabilidad con la rendición de cuentas; mejorar la atractividad de los espacios territoriales con el fin de atraer la inversión productiva; la capacidad de las regiones para innovar nuevos mecanismos de financiamiento; y afrontar determinadas crisis y la adaptación a las mutaciones impuestas por la realidad presente y las influencias del futuro.
Así, en lo referente al reto de la implementación efectiva de la Carta Nacional para la Desconcentración Administrativa, SM el Rey subrayó que la mayoría de los departamentos ministeriales han demorado en llevar a la práctica de modo efectivo la obra de la desconcentración administrativa, precisando que, a pesar de su importancia, la implementación de la misma, todavía adolece de deficiencias, especialmente en el ámbito de las competencias prioritarias relacionadas con la inversión.
“El retraso en el ritmo de transferencia de estas competencias a los servicios desconcentrados, podría complicar los procedimientos administrativos de inversión e impediría que los inversores los realicen en condiciones adecuadas”, señaló SM el Rey.
En cuanto al desafío de comprobar y poner en marcha las competencias de las comunidades territoriales, particularmente de los consejos regionales, el Soberano afirmó que constituye una de las condiciones básicas para la verdadera implementación de la obra de la regionalización avanzada y promoción del desarrollo económico y social del país.
“Sin embargo, este asunto, a pesar de los esfuerzos realizados en este campo, aún no se ha logrado de la manera deseada”, deploró SM el Rey, llamando a adoptar un enfoque integral en el que cada uno de los departamentos ministeriales concernidos y comunidades territoriales, asuman sus plenas responsabilidades, para alcanzar los objetivos buscados por la comprobación de las competencias, considerada como punto de entrada esencial para pasar a la etapa de la completa implementación.
Respecto al reto de la consolidación de la democracia participativa a nivel regional y local, en aplicación de las disposiciones de la Constitución del Reino, SM el Rey indicó que exige la puesta en marcha de la participación de las ciudadanas y ciudadanos, así como de las asociaciones de la sociedad civil en el proceso de formulación, preparación, implementación, seguimiento, control y evaluación de las políticas públicas seguidas con los consejos electos, para alcanzar los objetivos marcados.
Por su parte, el cuarto desafío, relativo a la vinculación de la responsabilidad con la rendición de cuentas en el ámbito de la gestión de los asuntos territoriales, el Soberano recalcó que las regiones, junto con las demás comunidades territoriales, “se han convertido en un componente principal de la descentralización de nuestro país y un pilar básico de la gestión territorial, de un modo que les habilita a ganar el reto del desarrollo y la ruptura con los modelos tradicionales de gestión, a través de la aprobación y adopción de mecanismos de gobernanza, democracia, legalidad y eficacia”.
En este contexto, SM el Rey insistió en que se hace necesario consolidar los principios de moralización y lucha contra la corrupción, desarrollando la filosofía de control y rendición de cuentas, en aplicación del principio constitucional basado en la vinculación de la responsabilidad con la rendición de cuentas.
En lo que hace referencia al desafío de mejorar la atractividad de los espacios territoriales con el fin de atraer la inversión productiva, en tanto que palanca fundamental para fortalecer el desarrollo sostenible, el Soberano consideró que las regiones deben aprovechar las oportunidades que se ofrecen y obren por valorizar sus propias potencialidades.
“Esta apuesta solo se podrá ganar disponiendo una estrategia voluntarista destinada a reforzar la atractividad en varios niveles, facilitando un entorno favorable para las empresas, además de disponer infraestructuras modernas, mano de obra cualificada e incentivos adecuados, amén de valorizar los recursos naturales y el patrimonio cultural e histórico de los que gozan las distintas regiones del Reino”, agregó el Soberano.
Esto requiere necesariamente la adopción de un enfoque integrado y participativo, explicó SM el Rey, destacando que las comunidades territoriales, como el Estado, el sector privado y la sociedad civil, deben emplearse conjuntamente para elaborar e implementar estrategias ambiciosas a fin de reforzar la atractividad, tomando en consideración las especificidades de cada región.
En lo que atañe al reto del desafío de la capacidad de las regiones para innovar nuevos mecanismos de financiamiento, SM el Rey indicó que la experiencia práctica llevada a cabo sobre el terreno, ha mostrado que las formas tradicionales de financiamiento destinadas a financiar las estrategias y medidas, ya no son suficientes para afrontar los retos planteados, lo que requiere la concepción de otras fórmulas de financiamiento, capaces de reducir la presión financiera sobre las demás regiones y comunidades territoriales.
Este desafío interpela a los actores territoriales sobre el grado de implementación del nuevo modelo de presupuestación local, basado, por una parte, en la eficiencia y, por otra, en la apertura sobre las nuevas formas de financiación, que actualmente ofrece el entorno legislativo que enmarca las finanzas locales, sostuvo el Soberano.
En cuanto al séptimo y último reto, el de afrontar determinadas crisis y la adaptación a las mutaciones impuestas por la realidad presente y las influencias del futuro.
En efecto, las diferentes regiones pueden verse enfrentadas a una serie de crecientes amenazas, cuyo origen puede ser de índole natural, económica o ambiental, precisó el Soberano, anotando que estos desafíos, que suelen ser de carácter repentino e impredecible, pueden socavar los esfuerzos de desarrollo, si no se afrontan de la manera adecuada y en el momento oportuno.
Por ello, puntualizó SM el Rey, es necesario adoptar un enfoque más flexible e interactivo para la planificación regional. Así pues, en lugar de aferrarse a programas de trabajo carentes de flexibilidad, las regiones deberían esforzarse por fortalecer sus capacidades de anticipación, adaptación y formación continuada.