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Meryem Ghoua
La Copa Intercontinental es el nuevo nombre de la antigua fórmula del Mundial de Clubes. Está reservado a los campeones continentales y al representante del país organizador. La competición fue mantenida por la FIFA, a pesar del lanzamiento de la nueva fórmula del Mundial de Clubes, cuya primera edición está prevista en Estados Unidos en junio-julio de 2025.
El campeón de Europa, a diferencia de ediciones anteriores, se clasifica directamente para la final, mientras que anteriormente tuvo que pasar por la semifinal. El Real Madrid representa a la UEFA. Se enfrentará a los mexicanos de Pachuca en la final, este miércoles 18 de diciembre, en Doha.
Pachuca se clasificó tras eliminar al Botafogo brasileño y al Al Ahly egipcio. Un internacional marroquí, Oussama Idrissi, se distinguió durante estos dos partidos: eliminó Botafogo al final de una serie de regates devastadores y durante la tanda de penaltis contra el Al Ahly. Los mexicanos habían fallado sus dos primeros tiros a portería; Idrissi marcó el tercero. Disputará la final contra dos otros jugadores marroquíes.
Idrissi se enfrentará al brillante jugador del Real Madrid, Brahim Díaz, y quizás incluso a un al joven Youssef Lekhdim, candidato a jugar la final en lugar de Fran García, autor de un partido muy mediocre el pasado sábado en LaLiga ante el Rayo Vallecano.
Los marroquíes podrían haber sido mucho más numerosos si el Al Ahly se hubiera clasificado para la final. Con Yahya Attiat-Allah, Achraf Dari y Réda Slim, habría cinco marroquíes en la final.
Desde 2022, los jugadores marroquíes están en la nube; Ciertamente esto no es el resultado de la casualidad. Se beneficiaron de un trabajo profundo en Marruecos para los de “Botola Pro” y de una supervisión de alto nivel para quienes se establecieron en el extranjero.
El marroquí tiene un talento técnico natural; basta observar algunos de ellos en terrenos cercanos o en los raros páramos aún disponibles para convencerse de ello. Apoyados, revelan el alcance de su talento. Su presencia en competiciones de alto nivel no puede sino reforzar la convicción de todos sobre las oportunidades que ofrece esta capital “jugadora” en un futuro próximo.
El fútbol se trata de alcanzar hitos; Para alcanzar el nivel alto, existen pasos obligatorios. Quienes concibieron la canción “Dirou Niyya”, en homenaje a las actuaciones de los Leones del Atlas en Qatar, tenían razón al decir que “El Hakaya Bdat fe Mexico” (la historia comenzó en México). Fue, en su momento, la referencia de los jugadores marroquíes. Ahora tienen una nueva: la hazaña de Qatar 2022.
La presencia de los marroquíes en esta fase será un hito. Permitió a los jugadores elevar el nivel de exigencias y ambiciones de sus compatriotas. La confianza acumulada durante esta competición impulsó a los Cachorros Sub-23 a conquistar un título africano sin precedentes y una medalla de bronce sin precedentes en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Además de participar en la final de la Copa Intercontinental, Brahim Díaz disputó la final de la Supercopa de Europa; Estuvo en el banquillo durante la final de la Liga de Campeones. No es el único marroquí: Amine Adli, otro internacional, participó como titular con el Bayer Leverkusen en la final de la Europa League, la segunda competición más importante para los clubes de Europa.
Otros jugadores han brillado a nivel continental; Cubren una gran parte de la superficie del globo. Youssef El Kaabi, autor de una gran actuación, ganó la Europa Conference League, competición continental europea, la tercera en importancia tras la Champions League y la Europa League. Con su club, el Olympiakos, ganó el título de máximo goleador de la competición y fue elegido mejor jugador extranjero de Grecia.
Soufiane Rahimi, otro internacional marroquí, ganó la Liga de Campeones asiática con el club emiratí Al Ain. Tres jugadores marroquíes se coronaron campeones africanos y los jugadores marroquíes de Berkane participaron en la final de la Copa CAF.
Esto significa que prácticamente todas las finales continentales estuvieron marcadas por la presencia de al menos un jugador marroquí. Esto es válido para las tres competiciones europeas: la Copa Asiática, la Copa CONCACAF, la Liga de Campeones Africana y la Copa CAF. Ninguna nación puede reclamar tal presencia. Hubo un tiempo en que solo los jugadores brasileños estaban presentes en todas partes.
Estas actuaciones individuales contribuyen a la acumulación de experiencia de alto nivel y la cultura de ganar entre nuestros jugadores. Por supuesto, esto no es suficiente: el fútbol no se trata sólo de talento. Sin duda, el país está lleno de ellos. Pero también es una cuestión de condición física, táctica y preparación mental.
El filósofo griego Séneca dijo: “No es porque las cosas sean difíciles que no nos atrevamos a hacerlas; es porque no nos atrevemos a hacerlas que son difíciles”. Es esta mentalidad la que debemos adquirir y compartir en todos los niveles de la sociedad.
Los jugadores marroquíes deben estar convencidos de ello para afrontar los retos que aguardan al fútbol nacional. Los líderes han demostrado audacia, invirtiendo masivamente en infraestructura y capacitando a los jóvenes. Depende de nuestros jugadores tomar la antorcha. Su presencia en las distintas finales internacionales demuestra que son capaces de ello.
