Rue20 Español/ Fez
Meryem Ghoua
La crisis política que sacude Francia no ha logrado que el país cambie su postura contraria al acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur. A pesar de la reciente aprobación del acuerdo por parte de la Comisión Europea, el rechazo en Francia es unánime, abarcando todo el espectro político.
El anuncio del acuerdo, realizado el mismo día en que Emmanuel Macron pronunció un discurso crucial para su supervivencia política, fue inmediatamente contestado por el Elíseo con un rotundo «inaceptable en su forma actual».
Esta postura cuenta con el apoyo unánime del parlamento francés, donde 484 de los 577 legisladores votaron en contra del tratado en noviembre.
La principal preocupación radica en el impacto que el acuerdo podría tener en la agricultura francesa, temiendo una competencia desleal de los productos latinoamericanos.
Si bien el acuerdo incluye contingentes para productos sensibles como la carne y las aves de corral, y mecanismos de salvaguardia, estas medidas no parecen suficientes para calmar las inquietudes del sector.
Expertos como Aslak Berg, del Centro para la Reforma Europea, señalan que la oposición francesa es difícil de comprender, dado el acceso limitado que el acuerdo otorga a los productos agrícolas al mercado europeo, y las oportunidades que se abren para sectores como el lácteo y el vinícola franceses, según recoge Euronews.
Sin embargo, la inestabilidad política y la presión de las protestas agrícolas parecen inclinar la balanza hacia el rechazo.
Elvire Fabry, experta del Instituto Jacques Delors, afirma que la crisis política limita el margen de maniobra de Macron, haciendo inviable un cambio de postura. Un giro en este sentido sería «totalmente incendiario» en el contexto actual, según la misma fuente.
La oposición a Mercosur se interpreta como un síntoma del descontento general hacia el presidente Macron.
La posición francesa no es nueva. Francia ya mostró su rechazo al acuerdo comercial UE-Canadá en 2024, mientras que el acuerdo con Nueva Zelanda no generó la misma oposición.
Esta resistencia se enmarca en una postura más amplia sobre los acuerdos de libre comercio, con Macron, a pesar de su ideología pro-globalización, enfrentándose a la presión de sectores proteccionistas.
El acuerdo de Mercosur, que aún debe ser ratificado por los 27 Estados miembros de la UE, podría ser bloqueado por cuatro países que representen el 35% de la población europea.
Además de Francia, Polonia se ha pronunciado en contra, e Italia ha condicionado su aprobación a mayores garantías para sus agricultores.
La decisión final recae ahora en los Estados miembros, con Francia ejerciendo una influencia significativa en el resultado. La oposición, según Eric Maurice del European Policy Center, no solo responde a la política interna francesa, sino que también refleja la voluntad de los Estados miembros de mantener voz en las decisiones de política comercial de la Comisión Europea.