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El proyecto de la conexión ferroviaria Algeciras-Zaragoza, anunciado por el Gobierno español con una inversión considerable de casi 500 millones de euros, no es un proyecto cualquiera.
También representa un eje estratégico entre Marruecos y Europa que impulsará los intercambios comerciales y cambiará profundamente las perspectivas del transporte transmediterráneo, a pesar de las voces que cuestionan este proyecto.
Esta autopista «comenzará a mover trenes cargados de mercancías en el segundo semestre de 2025. La necesidad de adaptar hasta 61 vías y 28 puentes ha retrasado un proyecto que permitirá cargar hasta 34 remolques en el tren», precisaron las autoridades españolas.
El objetivo de este proyecto es claro: acelerar y hacer más competitivos los flujos de mercancías que transitan entre Marruecos y el resto de Europa.
Algeciras es un puerto clave para los intercambios con el Reino de Marruecos, y la infraestructura ferroviaria permitiría conectar directamente este punto estratégico con los grandes ejes europeos a través de Zaragoza, en Aragón.
Este proyecto también aspira a reducir los costes y los plazos de transporte y facilitar el envío de productos marroquíes al mercado europeo, en particular para sectores como la agricultura y la industria manufacturera.
Podría profundizar los vínculos comerciales entre España y Marruecos, al tiempo que reduce la huella de carbono de los intercambios gracias a la eficiencia del ferrocarril, según los promotores de la obra ferroviaria.
Sin embargo, esta prioridad al transporte de mercancías genera preocupación, especialmente en las zonas rurales españolas. No obstante, la conexión ferroviaria Algeciras-Zaragoza es un proyecto que refleja la voluntad española de consolidar su papel como centro logístico entre Marruecos y Europa a través del transporte de mercancías a través de este corredor ferroviario.
Madrid también espera estimular las inversiones procedentes de Marruecos atrayendo a las empresas marroquíes a utilizar esta red para exportar sus productos al mercado europeo.
Para Marruecos, este proyecto abre nuevas rutas comerciales, pero también logísticas, especialmente en el marco de su estrategia para aumentar sus exportaciones económicas con Europa.
Marruecos ya es un socio importante para España en muchos sectores, y este proyecto debería acentuar esta interdependencia que permitiría un tránsito más fluido de los productos marroquíes.
Este proyecto, que pronto verá la luz, se convertirá en una verdadera pasarela entre las economías bilaterales, que se enfrentan a retos comunes.