Rue20 Español/ Fez
Walid El Moumen
La idea de un túnel submarino entre España y Marruecos resurgió de sus cenizas. Se trata de un proyecto ambicioso, que apunta a conectar las dos orillas, la africana y la europea, para facilitar tanto el movimiento mercantil como el de los ciudadanos.
El Gobierno español ha destinado casi medio millón de euros para la adquisición de sismómetros avanzados con el fin de monitorear los riesgos sísmicos en el estrecho de Gibraltar, donde se proyectará el túnel, según informó la prensa española.
Estos equipos, suministrados por TEKPAM Ingeniería, pueden alcanzar una profundidad de 6,000 metros y funcionarán entre 6 y 24 meses, lo que permitirá realizar estudios sísmicos eficaces para obtener una visión global sobre la composición de la región.
Por otra parte, se ha firmado un protocolo de acuerdo con el United States Geological Survey (USGS) para analizar los datos geofísicos del estrecho, en el marco de una cooperación creciente entre Estados Unidos, España y Marruecos. El Instituto Geográfico Nacional, el Observatorio Real de la Marina y otras entidades científicas españolas participarán en la recolección y análisis de los datos sísmicos.
La empresa Ineco, por su parte, actualizará los estudios iniciales del proyecto y preparará un nuevo plan de viabilidad para el túnel antes de 2026. Este incluirá financiación europea, especialmente de los fondos Next Generation.
El proyecto involucra a socios internacionales, como la empresa marroquí Ingema y las españolas Typsa, Lombardi y Geodata, lo que le da una dimensión internacional a esta iniciativa.
El gobierno español ha invertido ya casi 2,8 millones de euros en el proyecto en los últimos dos años, con la posibilidad de desbloquear hasta un millón de euros adicionales para 2026 a través de los fondos europeos. Además, el proyecto cuenta con un fuerte apoyo diplomático gracias a la Comisión Mixta Hispano-Marroquí y a consultas periódicas entre ambos países.
Según lo recogido de los medios de comunicación tanto ibéricos como locales, el coste estimado del túnel es de entre 5 y 10 mil millones de euros. Un coste suficiente para convertirlo en una infraestructura clave para los intercambios entre Europa y África.
Como visión a largo plazo, aunque el túnel no ofrecería un retorno de inversión inmediato, contribuirá a fortalecer cada vez más los lazos económicos, culturales y políticos entre ambos continentes.