Redacción Rue20 Español/ Rabat
Cada 6 de noviembre, los marroquíes celebramos un hito imborrable en nuestra historia: la Marcha Verde. Este movimiento pacífico, liderado por el difunto SM el Rey Hassan II en 1975, congregó a 350,000 personas que, sin más armas que la fe y la bandera marroquí, caminaron hacia el Sahara para reivindicar la legítima soberanía sobre este territorio. Este acto histórico, lejos de limitarse a una recuperación territorial, marcó el inicio de una visión de desarrollo que hasta hoy sigue transformando la región y consolidando su integración al resto del Reino.
Hoy, el Sahara marroquí no solo es una muestra de la unidad nacional, sino también un ejemplo de progreso sostenido. Desde las primeras inversiones en infraestructura básica —carreteras, aeropuertos y puertos— hasta la creación de un amplio tejido industrial, agrario y turístico, la región se ha convertido en un motor económico. Las ciudades de Laâyoune, Dakhla y Smara han dejado atrás su pasado como pueblos remotos para emerger como núcleos urbanos con servicios y oportunidades de empleo para sus habitantes.
La estrategia de desarrollo emprendida en 2015, con el ambicioso Plan de Desarrollo de las Provincias del Sur y su inversión de 77 mil millones de dírhams, ha afianzado esta transformación. En el Sahara se desarrollan proyectos de energías renovables, como el parque eólico de Tarfaya, uno de los mayores de África, y complejos de energía solar, que no solo abastecen a la región sino que colocan al Sahara como un hub energético para Marruecos y el continente africano.
La agricultura también ha prosperado gracias a las técnicas de invernadero, lo que ha permitido que esta zona árida participe en el suministro de productos agrícolas de calidad al mercado nacional e internacional. A la par, el turismo en Dajla ha experimentado un crecimiento explosivo, atrayendo a deportistas y amantes de la naturaleza de todo el mundo, y consolidando el Sahara marroquí como una joya turística que contribuye a diversificar la economía.
Además del desarrollo económico, el Sahara marroquí también se ha beneficiado de una notable inversión en educación, sanidad y derechos humanos. Con la creación de instituciones educativas y centros de formación, el Estado asegura a la juventud saharaui un acceso real a las oportunidades de crecimiento. Asimismo, la labor del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la creciente participación de la sociedad civil evidencian un compromiso con la inclusión y el respeto a los derechos fundamentales.
Al conmemorar el 49 aniversario de la Marcha Verde, el Sahara marroquí refleja los frutos de una visión pragmática y orientada al bienestar de sus habitantes, impulsada por el liderazgo de Su Majestad el Rey Mohammed VI. Bajo su dirección, la región se ha convertido en un testimonio vivo de la capacidad de Marruecos para enfrentar desafíos mientras construye un futuro inclusivo y sostenible. Esta estrategia no solo responde al deseo de prosperidad de los saharauis, sino que también envía un mensaje de estabilidad y cooperación a la comunidad internacional.
Marruecos reafirma con cada paso dado en el Sahara que la prosperidad y la paz son los cimientos sobre los cuales se construye la identidad nacional.