Rue20 Español/ Rabat
La firma francesa Veolia y Marruecos han dado un paso trascendental en la lucha contra la escasez de agua, un problema agravado por la crisis climática y la prolongada sequía que afecta al país. Este 29 de octubre, ambas partes firmaron un acuerdo histórico que permitirá la construcción de la planta desalinizadora más grande de África y la segunda a nivel mundial, un proyecto que se levanta con el objetivo de asegurar un suministro estable de agua potable para las regiones de Rabat-Salé-Kénitra y Fez-Meknés, beneficiando a más de 9 millones de habitantes.
La planta, ubicada en la costa atlántica marroquí, cerca de Rabat, tendrá una capacidad de producción de 822.000 metros cúbicos diarios, alcanzando unos 300 millones de metros cúbicos anuales. Esta obra, además de garantizar un suministro continuo, es un símbolo de innovación tecnológica y sostenibilidad, pues utilizará electricidad descarbonizada proveniente de fuentes renovables. La construcción, financiación y operación estarán a cargo de Veolia durante 35 años, en un modelo de colaboración público-privada que apunta a un desarrollo sostenible y eficaz en la gestión del recurso hídrico.
Este acuerdo, firmado en el contexto de la visita de Estado del presidente francés Emmanuel Macron a Marruecos, refuerza los lazos comerciales entre ambas naciones. La visita ha propiciado la firma de acuerdos por más de 10 mil millones de euros, en los que Veolia y otras empresas francesas desempeñarán un rol clave en sectores estratégicos para Marruecos.
La construcción de esta desalinizadora no solo responde a las necesidades de agua potable, sino que es también una medida de apoyo para el sector agrícola, vital para la economía marroquí y responsable de casi el 80% del consumo hídrico nacional. Frente a la peor sequía en cuatro décadas, el país ha redoblado su apuesta por el agua desalinizada como salvavidas para su agricultura, asegurando que, en 2023, un 25% del agua desalinizada se destine a este sector.
Este proyecto representa un hito en la lucha de Marruecos por la seguridad hídrica y por una mayor resiliencia frente al cambio climático. Como indicó Estelle Brachlianoff, directora general de Veolia, esta colaboración es una muestra del compromiso de la empresa con el desarrollo sostenible en el país. Además, se espera que la tecnología empleada permita mantener precios competitivos y una gestión equilibrada de los costes, mostrando a Marruecos como un ejemplo de innovación y cooperación en la región.
Con miras a 2030, el Reino aspira a que las plantas desalinizadoras cubran más de la mitad de sus necesidades de agua potable, y este ambicioso proyecto liderado por Veolia coloca a Marruecos en una posición de liderazgo en la región en términos de infraestructura hídrica sostenible.