Rue20 Español/ Fez
El proyecto de Ley de Finanzas (PLF) para 2025 presentado por el gobierno marroquí establece una hoja de ruta clara que refleja la urgencia de equilibrar las necesidades sociales con los retos económicos y estructurales que enfrenta el país. En un contexto de inestabilidad global, marcado por tensiones geopolíticas y climáticas, Marruecos parece haber adoptado un enfoque pragmático para asegurar la continuidad del crecimiento económico, mientras refuerza su compromiso con la justicia social.
Uno de los puntos cruciales de este presupuesto es la consolidación del «Estado social». Las medidas clave incluyen la finalización de la generalización del sistema de seguro de salud obligatorio (AMO por sus siglas en francés), que promete beneficiar a todas las categorías sociales, incluso aquellas que no pueden pagar sus contribuciones. Esto es un avance significativo en la inclusión social y la protección de los más vulnerables. La atención también se centra en el aumento del apoyo financiero para niños con discapacidades y huérfanos, lo que demuestra un enfoque centrado en la igualdad y la justicia social.
En el ámbito de la salud y la educación, los números hablan por sí solos. Un presupuesto de más de 30 mil millones de dirhams para la mejora de infraestructuras sanitarias y la modernización de más de 500 centros de salud para el próximo año, junto con una asignación masiva para la educación, subraya el compromiso del gobierno con el desarrollo humano. No solo es una inversión en infraestructuras, sino en el futuro del país.
Sin embargo, el PLF 2025 no es únicamente un ejercicio de gasto público. La ministra Nadia Fettah ha subrayado la necesidad de reformas económicas estructurales, con un enfoque en el crecimiento no agrícola. El plan económico muestra un optimismo cauto, con una previsión de crecimiento del 3,3 % en 2024. Este optimismo está respaldado por una mejora en los ingresos fiscales, lo que ha permitido al gobierno planificar la reducción del déficit fiscal al 4 % para el próximo año.
El presupuesto de inversión pública, uno de los pilares del PLF, también ha sido notablemente elevado, con un enfoque en fomentar la inversión privada y la creación de empleo. La reforma del impuesto sobre la renta es otra iniciativa destinada a aliviar la presión sobre los hogares de bajos ingresos, una medida que parece alinearse con los esfuerzos por reducir la desigualdad económica.
Es innegable que el gobierno marroquí se enfrenta a retos, pero lo que destaca de este presupuesto es la combinación de realismo y ambición. La persistencia en mantener las subvenciones a productos básicos como el gas butano y la harina de trigo, junto con el compromiso con el diálogo social, es un claro indicativo de que las autoridades buscan un equilibrio entre las demandas populares y las presiones macroeconómicas.
El PLF 2025 se presenta como un esfuerzo equilibrado y ambicioso que busca mantener el crecimiento económico sin dejar de lado a los ciudadanos más necesitados. Las reformas estructurales, combinadas con políticas de inclusión social, dibujan un horizonte optimista para el desarrollo sostenible del Reino, mientras se refuerza el tejido económico y social que sustenta al país.
