RUE20 ESPAÑOL / TANGER
La llegada de más de 3000 inmigrantes marroquíes a su ciudad ocupada Ceuta se convirtió en un “efecto llamada” para los inmigrantes subsaharianos residentes en diferentes ciudades marroquíes.
Fuentes del diario “Rue20” en Ceuta afirmaron que tanto la Guardia Civil como el Ejercito españoles brillan por su ausencia en las fronteras de Ceuta. Las mismas fuentes se preguntan por esta ausencia y la califican de “rara”.
Normalmente, los agentes españoles deberían impedir la entrada de los inmigrantes a Ceuta desde Marruecos, pero la actitud de las autoridades españolas se podría convertir en “efecto llamada”.
Ante esta situación, las autoridades marroquíes no pueden impedir el viaje y los desplazamientos de los subsaharianos regulares en Marruecos.
Un residente subsahariano en cualquier ciudad marroquí tiene por ley el derecho a viajar a cualquier ciudad marroquí sin problemas.
Fuentes bien enteradas en muchas ciudades del centro de Marruecos, incluso en Tánger, afirmaron a este diario “RUE20” que cientos de inmigrantes se dirigen en diversos medios de transporte a las ciudades del norte para pasar a Ceuta.
Hemos recibido imágenes de ciudadanos subsaharianos, sobre todo en Tánger, que intentan coger un taxi que les lleve a la frontera con Ceuta.
Este efecto de llamada ha llegado a los subsaharianos residentes en ciudades como Rabat, Larache, Assila, Fez y Casablanca.
Marruecos ha regularizado desde 2014 la situación de más de 50000 inmigrantes subsaharianos, pero hay miles que siguen esperando su oportunidad.
Ahora, las autoridades no pueden parar o impedir el viaje de los subsaharianos entre las ciudades, incluso las ciudades cercanas a Ceuta y Melilla.
También, por respeto al ley nacional e internacional, las autoridades no tienen el derecho de los ciudadanos subsaharianos a viajar.
La situación actual podría convertir, también, en un “efecto llamada” para los inmigrantes atrapados en varios países africanos.
Marruecos no puede acoger a miles de inmigrantes que están en el camino, o atrapados en países como Argelia, Libia o Níger.
Estos inmigrantes que aspiran llegar a Marruecos para pasar a las islas Canarias o la Península Ibérica, no son solo una responsabilidad de Marruecos sino de todos los países europeos, sobre todo, España.
Para contener este desafío, debe haber una cooperación recíproca y el respeto mutuo.