Redacción Rue20 Español
El Foro de Cooperación China-África (FOCAC) de 2024 ha marcado un momento decisivo en las relaciones entre China y África. En un contexto global de creciente competencia geopolítica, África busca diversificar sus alianzas más allá de la tradicional dependencia de Occidente. En este escenario, China ha emergido como un socio comercial clave, consolidando su presencia en sectores estratégicos como la infraestructura, energía y educación. Con un intercambio bilateral que alcanzó los 167,8 mil millones de dólares en el primer semestre de 2024, Pekín ha demostrado su compromiso con el desarrollo africano, aunque esta relación es percibida de maneras diferentes según el prisma con el que se analice.
El FOCAC no es solo un foro comercial, sino una oportunidad para que los líderes africanos encuentren espacio de maniobra frente a las potencias occidentales que han dominado históricamente la dinámica del desarrollo en el continente. El enfoque chino, que se distingue por ofrecer financiación sin las condiciones políticas que generalmente acompañan los préstamos occidentales, ha sido recibido con interés por muchos países africanos. Sin embargo, no está exento de críticas. Observadores señalan que el endeudamiento de ciertos países con China podría generar nuevas formas de dependencia, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de esta relación a largo plazo.
En este sentido, el contexto de rivalidad geopolítica es crucial. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea ven con preocupación la creciente influencia de China en África, un continente clave para la obtención de recursos naturales y el posicionamiento geopolítico. Para Pekín, fortalecer los lazos con África no es solo una cuestión económica, sino también una estrategia para afianzar su influencia global frente a Occidente. Aunque los préstamos chinos han disminuido desde los niveles máximos de 2016, siguen siendo esenciales para la financiación de grandes proyectos de infraestructura en África, lo que otorga a los países africanos una mayor capacidad de negociación.
La cuestión central es si el FOCAC realmente representa una alternativa viable para África frente a Occidente o si, a largo plazo, la región enfrentará problemas similares con China, como los que ha experimentado históricamente con las potencias occidentales. África se encuentra en un punto de inflexión, con la oportunidad de redefinir sus relaciones internacionales y utilizar su creciente peso político para avanzar en su propio desarrollo. No obstante, el éxito de esta diversificación dependerá de cómo los países africanos gestionen su relación con China y equilibren sus relaciones con otras potencias.
En este contexto, resulta crucial mencionar a Marruecos como un caso ejemplar de cómo un país africano ha sabido gestionar eficazmente sus relaciones internacionales. Bajo el liderazgo visionario de Su Majestad el Rey Mohamed VI, Marruecos ha forjado alianzas estratégicas con países de todo el continente africano, centrándose en sectores clave como la infraestructura, las energías renovables y la seguridad alimentaria. Además de fortalecer sus lazos con potencias tradicionales como Europa y Estados Unidos, Marruecos ha intensificado su cooperación con China, demostrando que es posible aprovechar la dinámica multipolar para avanzar en el desarrollo.
El enfoque marroquí, basado en el respeto a la soberanía de los países africanos y en la promoción de un desarrollo conjunto, refuerza la idea de que África no necesita depender exclusivamente de una potencia. Marruecos ha demostrado que, mediante una red diversificada de alianzas, se puede lograr estabilidad y progreso. El país ha conseguido consolidarse como un actor clave en el continente, ofreciendo un modelo de cooperación inclusiva que contrasta con las tensiones geopolíticas que suelen marcar las relaciones de África con las grandes potencias.
El FOCAC, por tanto, no solo refleja la búsqueda de África de nuevas opciones, sino también la capacidad de países como Marruecos para liderar el camino hacia un futuro más próspero y estable en el contexto de un mundo multipolar.