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Meryem Ghoua
El presidente ruso, Vladimir Putin, durante un encuentro con estudiantes en Kizil, calificó la victoria de la boxeadora argelina Imane Khelif como «injusta» y «una tontería».
«Están matando el deporte femenino por completo. Cualquier hombre puede simplemente declararse mujer y participar en cualquier deporte sin dar a las mujeres ninguna posibilidad de ganar medallas, y mucho menos los primeros puestos», añadió Putin.
«Un hombre italiano con barba dijo que se declararía mujer para poder golpear a la persona que rompió la nariz a la mujer italiana», continuó, según informó la agencia Associated Press.
Parece que Putin se refería a los informes de los medios de comunicación rusos sobre las declaraciones de un boxeador italiano que deseaba pelear contra Khelif, a quien no mencionó por su nombre.
Cabe destacar que Khelif se enfrentó a conceptos erróneos sobre su género como resultado de la decisión de la Asociación Internacional de Boxeo (AIBA) del año pasado de excluirla del Campeonato Mundial por no haber superado una prueba de elegibilidad.
Las declaraciones de Putin concuerdan con una política más amplia del Kremlin que habla de la protección de Rusia de los valores familiares y la sociedad tradicional en todo el mundo, definiendo los roles de género y criminalizando la homosexualidad y las libertades individuales.
A pesar de haber nacido y crecido como mujer, Khelif se encontró en el punto de mira de los debates sobre el género, el sexo y el deporte tras no superar las pruebas de elegibilidad no especificadas y no transparentes para la competición femenina por parte de la AIBA, un organismo deportivo actualmente suspendido.
La AIBA realizó pruebas de «sexo» no especificadas a dos boxeadoras, Khelif y la taiwanesa Yu-Ting Lin, durante el Campeonato Mundial que organizó en Nueva Delhi en junio de 2023. Ambas boxeadoras fueron descalificadas posteriormente, en mitad de la competición, tras haber llegado a las últimas etapas.
La AIBA informó al Comité Olímpico Internacional (COI) mediante una carta sobre las pruebas, afirmando que Khelif tenía un cromosoma sexual «XY», según informes de prensa. Sin embargo, el COI rechazó repetidamente las pruebas, calificándolas de «arbitrarias» y «artificiales», y se manifestó en contra de las denominadas pruebas de sexo, las pruebas genéticas mediante frotis o sangre, que eliminó en 1999.
El COI permitió a Khelif y Lin competir en París, ya que cualquier persona reconocida como mujer en su pasaporte está cualificada para el combate. La AIBA y otros críticos, en su mayoría políticos conservadores y de extrema derecha, afirmaron que esto plantea «serias dudas sobre la justicia competitiva y la seguridad de los deportistas».