Rue20 Español/Rabat
El discurso real dirigido el sábado a la nación con motivo del 46º aniversario de la memorable Marcha Verde «es verdaderamente el discurso de un líder histórico que aboga por una estrategia de renacimiento nacional, con objetivos claros, y preocupada por capitalizar los logros con toda confianza y realismo», afirmó el escritor-periodista Talaa Saoud Al Atlassi.
«El discurso real pronunciado en esta ocasión, la Marcha Verde, que permitió a Marruecos recuperar su unidad y liberar a las provincias del sur del yugo de la colonización española, es rico en lecciones y mensajes edificantes», subraya en un artículo publicado en las columnas del diario arabofono Al Atihad Al Ichtiraki en su edición del lunes.
“A este líder histórico, que dirige a su pueblo en su movilización frente a los retos que se plantean a nivel nacional y de desarrollo, no le importan las turbulencias y otras provocaciones procedentes de quienes se quedan estancados en los márgenes de la historia. Un discurso que eleva la política en su sentido más noble y profundo a su alto nivel», reza este artículo con el evocador título »Nobleza del patriotismo marroquí y su intransigencia».
El autor añade que «el soberano, que dirige esta voluntad nacional triunfante, la voluntad de todos los marroquíes, incluidos nuestros compatriotas de las provincias del sur, es realmente una voluntad que merece todo este reconocimiento internacional. El discurso real, que emana justamente de esta voluntad nacional, expresa de manera edificante toda la nobleza del patriotismo marroquí y su intransigencia».
Talaa Saoud Al Atlassi también subraya que el discurso real, que sorprendió a muchos adversarios, es un canto al futuro. Pues el Soberano sólo piensa en el futuro de su pueblo y el de Marruecos, añadiendo que en esta preocupación por el futuro, el discurso real sugiere nuevas vías en sus relaciones con la comunidad internacional, un nuevo enfoque centrado principal y exclusivamente en el Sáhara marroquí. Y como resultado, continuó, la causa nacional es ahora fundamental y nodal en las relaciones del Reino con la comunidad internacional y en sus asociaciones.
Para él, «la centralidad de la cuestión del Sáhara marroquí en el edificio político y socioeconómico de Marruecos, y a la vista de los éxitos conseguidos, se impone ahora como ineludible en la nueva generación de asociaciones económicas de Marruecos. Sobre todo porque el discurso real quedó muy claro e intransigente sobre el tema al dirigirse a los socios. A partir de ahora, como han entendido bien los analistas, se abre un nuevo capítulo que anuncia un nuevo enfoque en las relaciones con Marruecos».
«Todas estas novedades geoestratégicas resultantes del éxito marroquí en su férrea defensa de su integridad territorial, no pueden de ninguna manera quedar en letra muerta en las relaciones exteriores del Reino», estima, antes de añadir que «el reconocimiento estadounidense de la marroquinidad del Sáhara no es un acto de complacencia diplomática», ni es el resultado de un cambio de humor del ex presidente estadounidense, Donald Trump, sino el resultado de una evaluación justa y a largo plazo por parte de Estados Unidos de la fuerza de Marruecos y de su posicionamiento estratégico a nivel africano y árabe».
También señala que «todas las potencialidades del Reino se nutren de su patriotismo, que no sólo ha consolidado la unidad de su territorio y de su pueblo, sino que también ha favorecido la aparición de una conciencia ciudadana preocupada por el progreso y la estabilidad. Estos son los factores que explican los éxitos diplomáticos de Marruecos en las Naciones Unidas e incluso en el corazón del Sáhara marroquí con las numerosas inauguraciones de consulados. Y, por tanto, sería justo que los países que se consideran amigos del Reino fueran los primeros en celebrar este nuevo Marruecos y en responder a sus expectativas de la mejor manera posible».
En este sentido, hizo un llamamiento a los países socios para que rompan con los discursos hipócritas y la ambivalencia en sus posiciones porque «Marruecos no puede seguir admitiendo que se le trate con condescendencia». El autor asegura que Marruecos, con su pueblo y su enorme potencial, tiene hoy todos los activos para asegurar su potencia y no le importan las complacencias diplomáticas.
“El discurso real es un discurso de fuerza y de intransigencia, que pone la primera causa nacional en un pedestal que la protege de las pujas y de otras polémicas ociosas. Un discurso que llega al fondo de las cosas y da así la señal de inicio de una nueva marcha nacional, una marcha que saca su legitimidad de las resoluciones internacionales y a favor de la cual todo el pueblo marroquí, en todas las regiones del Reino, está movilizado y dispuesto a defenderla. Este patriotismo dará sin duda una nueva dinámica al Nuevo Modelo de Desarrollo (NDM) que se está aplicando».
Para concluir, Talaa Saoud Al Atlassi señaló que «el discurso real se dirige a un pueblo orgulloso de sus logros y que confía en el futuro de Marruecos. También se dirige a los líderes mundiales, diciéndoles que el Reino, con su fuerte potencial, está decidido a defender su dignidad y sus derechos, al tiempo que se compromete a contribuir a la promoción de la prosperidad y la paz en el continente africano y en el mundo”. MAP.
