Rue20 Español/Bogotá
«El Atlántico: un espacio clave para la cooperación estratégica entre Marruecos, África y América Latina» fue el tema de una conferencia dada por la embajadora del Reino en Colombia, Farida Loudaya, en la prestigiosa universidad «La Gran Colombia» con motivo de la celebración del Día de África.
Loudaya subrayó primero el papel clave desempeñado por Marruecos, desde principios de los años 1960, en la aparición de una conciencia africana colectiva, sentando así las bases para la creación de la Organización de la Unidad Africana (OUA), que más tarde se convirtió en la Unión Africana (UA).
A continuación, Loudaya destacó la importancia geoestratégica del espacio atlántico, así como del rol del Atlántico Sur en la nueva dinámica internacional, representada por África y América Latina, como «un espacio geopolítico clave con sus propias afinidades y desafíos ( cambio climático, seguridad alimentaria, flujos migratorios, seguridad regional, etc.)» y sobre todo como «un gran espacio geoeconómico y un polo de desarrollo de gran importancia».
En este sentido, Loudaya destacó el enorme potencial de África y América Latina, que «representan economías emergentes en constante evolución y poseen importantes atributos, a saber, vastos territorios, abundantes recursos y una población joven».
Y añadió que «una integración que vincule las economías de África y América Latina daría lugar a un inmenso mercado de más de 2.000 millones de personas», una asociación que, en caso de concretarse, «podría aportar enormes beneficios mutuos y presentaría un marco apropiado para promover una mayor autonomía y complementariedad de las dos regiones en el marco de la cooperación Sur-Sur.
Loudaya subrayó también el papel que Marruecos podría desempeñar para facilitar el acercamiento entre África y América Latina en torno al Atlántico Sur con vistas a construir este espacio para convertirlo en una «zona de prosperidad compartida».
La embajadora de Marruecos en Colombia presentó, en este sentido, un panorama de las fortalezas y el potencial de Marruecos como principal centro logístico y financiero en África, así como de la posición de liderazgo que ocupa el Reino en diversos sectores económicos dentro de su ámbito regional y continental.
En este contexto, compartió los principios que guían la política africana de Marruecos, bajo la sabia dirección de Su Majestad el Rey Mohammed VI, que siempre ha colocado a «África en el centro de sus prioridades», así como «el compromiso de un Reino fuerte y creíble al servicio de los valores y objetivos panafricanos de paz, seguridad y desarrollo».
Además de su fuerte presencia en África, Marruecos ha sido pionero en una visión de redespliegue hacia el otro lado del Atlántico Sur, donde el Reino ha logrado construir relaciones sólidas con la mayoría de los países latinoamericanos, gracias en particular a la gira llevada a cabo por el Soberano en esta región en 2004, además de la presencia activa de Marruecos, en calidad de observador, en diversos foros de integración latinoamericana.
«Esta relación privilegiada ha permitido a Marruecos no sólo aumentar su presencia en América Latina y sus diversas agrupaciones subregionales, sino también acercar América Latina a África, que sigue siendo un espacio inexplorado para la mayoría de los países latinoamericanos», afirmó.
Consciente de este potencial, «Marruecos podría desempeñar un papel clave paraa acercar a África y América Latina», dijo Loudaya, sobre todo porque «el Reino ya ha sentado las bases de esta nueva orientación geopolítica lanzando una serie de grandes iniciativas a gran escala orientadas hacia el espacio atlántico», teniendo en cuenta el Proceso Atlántico Africano, lanzado por el Reino en 2009, y que reúne a los 23 Estados africanos ribereños del Atlántico, así como la Iniciativa Internacional lanzada por Su Majestad el Rey en 2023, para promover el acceso de los países del Sahel al Océano Atlántico.
Loudaya afirmó así que «estas iniciativas afroatlánticas, promovidas por Marruecos, pueden servir de base para iniciar una reflexión sobre las vías de acercamiento entre África y América Latina, en el marco de un win-win multidimensional y polifacético», insistiendo en que “la cooperación Sur-Sur a la que aspira Marruecos no es un simple eslogan, sino una necesidad impuesta por los numerosos problemas y desafíos que afronta el espacio del Atlántico Sur, y también para explorar las enormes oportunidades que ofrece”.
“El Atlántico es mucho más que un océano”, concluyó, es “un espacio geoestratégico de oportunidades, propicio para la creación de nuevos procesos de integración, tanto regionales como subregionales, inclusivos y transversales, entre África y América Latina. Si logramos acercar el continente africano a América Latina, “podríamos constituir un bloque fuerte y competitivo que pueda defender los intereses del Sur Global en un mundo cada vez más incierto y en constante cambio”, añadió.