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Meryem Ghoua
La escritora francomarroquí Leila Slimani es un pilar de la cultura contemporánea europea y africana. Ganadora del premio literario más importante de Francia, el Premio Goncourt, con su novela Canción dulce en 2016.
“El premio no me impresionó en tanto que mujer, me emocionó sobre todo como escritora. Por el hecho de ser mujer, entiendo que implica un símbolo, pero me atrevo a pensar que la identidad del escritor es más importante, que pasa ante todas las demás. Además estoy persuadida de que cada vez más mujeres obtendrán no sólo el Goncourt sino todos los premios en este campo. Las mujeres están probando que en literatura son tan buenas como los hombres”, comentó Leila al conquistar el premio mencionado.
La escritora Slimani es tributaria de dos culturas, por lo que, brotó de nuevo en un artículo publicado en Télam, titulado Leila Slimani: «La imaginación tiene un rol político porque nos permite reorganizar el mundo».
La ganadora del premio Goncourt, sigue denunciado en sus libros, artículos y entrevistas la arbitrariedad y la injusticia social y política que todavía prevalecen contra las personas, concretamente, contra las mujeres y defendiendo una apología del silencio para afrontar un mundo impregnado de ruido.
«Los otros son encantadores. Es revelador darnos cuenta de que estamos cerca de gente que queremos y que nos acompaña, pero que a la vez nunca vamos a entender, que siempre van a tener una parte secreta y silenciosa», desveló durante sus declaraciones a Télam.
La ganadora del premio Goncourt y la novelista franco-marroquí es autora de muchos libros pero tres de ellos son muy inquietantes: «En el jardín del ogro», que habla de la ninfomanía de una periodista y sorprendió a los lectores con aquel relato descarnado, «Canción dulce», donde Leila abordó la historia de una niñera que mata a los dos chicos que cuida y «El país de los otros», el último libro de la best seller de la literatura francesa contemporánea.
En Canción dulce, Leila Slimani despliega, con un estilo directo, incisivo y oscuro a veces, un inquietante thriller donde, a través de los personajes, se nos revelan los problemas de la sociedad actual, con su concepción del amor y de la educación, del sometimiento y del dinero, de los prejuicios de clase y culturales, según declaró Lecturalia.
Télam aprovechó la ocasión para hacerle a la escritora franco-marroquí, que es una de las voces literarias más potentes de la actualidad y autora de muchas novelas que últimamente las han colocado en el pedestal de las letras francesas, unas preguntas que Leila contestó con mucha claridad y franqueza.
La escritora inquietante experimentó su felicidad y sorpresa al ganar ese premio con el que siempre soñaba, incluso antes de conquistarlo, sin embargo, de repente echó de menos a esa soledad y tranquilidad que vivía antes del ruido, las cámaras y tantas entrevistas.
Luego la escritora pasó a explicar el papel que desempeñó la imaginación en «el país de los otros», novela que explora el colonialismo, la sensación de pertenencia a un lugar y el desarraigo, la extrañeza y la fascinación ante los otros, además de ser una obra sobre el mestizaje, sobre ser dos cosas a la vez, ser francés y marroquí al mismo tiempo y esto se debe a la colonización que sufrió su país natal.
«Es un trabajo de ficción, por lo cual el rol de la imaginación es total, muy importante. Nunca he sido una escritora que guste mucho de escribir sobre sí misma porque realmente confío en el poder de la imaginación: creo que es un arma que hay que usar», añadió Leila Slimani.
La autora de «El país de los otros», explica la relación que existe entre la imaginación y la política y piensa en la posibilidad de imaginar una sociedad diferente a la actual, no necesariamente utópica en el mal sentido de la palabra, pero estructuralmente distinta.
«Además, en la ficción, la imaginación tiene un rol político porque nos permite reorganizar el mundo, verlo de otra forma, hacerlo más grande», afirmó.
Después, la escritora pasó a hablar de la impronta que dejó el periodismo en su escritura literaria y dijo que como periodista aprendió muchas cosas como por ejemplo, estar quieta en un lugar durante mucho tiempo y observar, contemplar los mínimos detalles y también a escuchar.
