Rue20 Español/Madrid
Safouan El Kadiri*
La diplomacia marroquí estos años estuvo llena de logros, y la valentía del Reino quedó clara ante las repercusiones de los conflictos geopolíticos, los ciclos de confrontación entre bloques internacionales, las tendencias inflacionarias al alza y la crisis energética. A lo largo del año que nos despedimos, el Reino de Marruecos se enfrentó cara a cara a fuertes desafíos y avanzó su agenda diplomática con mayor determinación para lograr éxitos en numerosos asuntos, con la cuestión de la integridad territorial en el centro.
El reconocimiento por parte del Gobierno español de la iniciativa de autonomía como una solución para poner fin al conflicto artificial sobre el Sáhara fue el resultado del trabajo diplomático marroquí centrado en las principales prioridades.
Bajo la ilustrada dirección de Su Majestad el Rey Mohammed VI, durante años, un intenso trabajo diplomático ha permitido al Reino alcanzar grandes éxitos diplomáticos, reforzar su posición entre las naciones y movilizar el apoyo de numerosos países a favor de la posición marroquí sobre el Sáhara marroquí.
Uno de los mayores éxitos diplomáticos, elogiado por los observadores más destacados en el ámbito internacional, es el regreso de Marruecos a la Unión Africana con motivo de la 28ª Cumbre de Jefes de Estado africanos en Addis Abeba (30 y 31 de enero de 2017).
Este auspicioso regreso, que se considera una consagración de la visión real de una África fuerte, segura y próspera que tome las riendas de su destino en sus propias manos, ha permitido al Reino reforzar su elección por una relación Sur-Sur solidaria y fructífera cooperación para todas las partes, así como fortalecer su presencia en los niveles político, económico y de seguridad.
De hecho, el regreso de Marruecos a la Unión Africana ha añadido un nuevo dinamismo a la política africana de Marruecos, que Su Majestad el Rey Mohammed VI, desde la subida al trono de sus gloriosos predecesores, ha convertido en una prioridad dentro de la política exterior, incluida en la redacción del la Constitución de 2011.
También permitió a Marruecos continuar su labor de defensa de los intereses de África, a la que pertenece, y hacer oír su voz sobre la cuestión de su integridad territorial y su plan de autonomía en sus provincias del sur en el marco de su soberanía y de sus derechos nacionales. unidad.
Esta solución política, pragmática, creíble, justa y global recibió un fuerte apoyo de muchos países, especialmente africanos, que abrieron representaciones diplomáticas en las ciudades de El Aaiún y Dajla.
Además de este éxito diplomático, los Estados Unidos de América reconocieron el 10 de diciembre de 2020 la plena soberanía de Marruecos sobre su Sáhara.
Este anuncio oficial llega como la culminación de los lazos de larga data y las relaciones multidimensionales que unen a dos aliados que comparten más de dos siglos de historia basada en la amistad y el aprecio.
Según el texto de la declaración, Estados Unidos afirma su “apoyo a la propuesta marroquí de autonomía como única base para una solución justa y duradera al conflicto” del Sahara, y añade: “Por lo tanto, a partir de hoy, Estados Unidos Los Estados reconocen la soberanía marroquí sobre todo el territorio del Sáhara”.
Esta decisión soberana de los Estados Unidos de América, que fortaleció irreversiblemente el proceso político, reforzó el apoyo internacional a la solución marroquí para resolver el diferendo regional sobre el Sáhara y permitió la creación de una nueva dinámica positiva.
Lo mismo se aplica a la República Federal de Alemania, cuyo presidente, Walter Steinmeier, confirmó en una carta dirigida a Su Majestad el Rey Mohammed VI con motivo del Año Nuevo 2022, que Alemania “considera grave el plan de autonomía presentado en 2007”. «Esfuerzos creíbles y creíbles de Marruecos, y una buena base» para llegar a un acuerdo «para este diferendo regional».
Unos meses después de la posición de Berlín, llegó la posición española, como confirmó el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, en una carta enviada a Su Majestad el Rey Mohammed VI, el 14 de marzo, que «reconoce la importancia del Sahara cuestión para Marruecos.» En este sentido, “España considera la iniciativa de autonomía presentada por Marruecos en 2007 como la base más seria, realista y creíble para solucionar el conflicto”.
Esta posición quedó confirmada el pasado mes de abril, cuando Su Majestad el Rey Mohammed VI recibió en el Palacio Real de Rabat al jefe del Gobierno español, donde Su Majestad el Rey y Sánchez reafirmaron la voluntad de abrir una nueva etapa en las relaciones entre los dos países. dos países, basados en el respeto mutuo, la confianza mutua y la consulta permanente. Una cooperación franca y honesta.
Estas valientes posiciones de Alemania, España, Portugal, Países Bajos, Turquía, Italia, Serbia, Hungría, Rumania, Chipre y los Estados Unidos de América, así como de muchos países árabes, africanos y asiáticos, constituyen sin duda la mejor respuesta jurídica y diplomática. a quienes afirman que el reconocimiento del Sáhara marroquí no es explícito ni tangible.
Las posiciones de todos estos países reflejan también, una vez más, la eficacia de la labor diplomática marroquí bajo la sabia dirección de Su Majestad el Rey Mohammed VI, quien afirmó en su discurso con motivo del 69º aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo que “el expediente del Sáhara es la lente a través de la cual Marruecos mira al mundo, y es la norma clara y simple”. Con la que mide la sinceridad de las amistades y la eficacia de las asociaciones.
El Reino es muy consciente de que todas las instituciones estatales necesitan más que nunca adoptar una visión renovada para orientar la brújula política y diplomática hacia adelante para acumular logros, defender intereses y alcanzar una agenda viable para enfrentar nuestros desafíos, ya sea con los europeos o en el mundo; en África, con mayor fuerza para generar consenso en opiniones entre partidos políticos para tratar con oponentes y amigos.
*Safouan El Kadiri es doctorando en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.