Rue20 Español/Rabat
Ismail El Khouaja
La vida política en Marruecos no atraviesa por un buen momento, para no decir que está en letargo sine die. Los debates políticos en programas de televisión, en prensa o hasta en plena calle brillan por su ausencia. La Oposición. ¿Dónde está la Oposición?
Las elecciones del 8 de septiembre de 2021 nos trajeron un Gobierno formado por el partido liberalista Reagrupación de los Independientes (RNI) que había ganado 102 escaños, el partido progresista Autenticidad y Modernidad (PAM) con 87 escaños y el partido nacionalista Istiqlal (PI) con 81 escaños. Tres partidos que cosecharon casi la totalidad de los votos escrutados. La alianza de los tres primeros partidos naturalmente nos había dejado una Oposición coja, balcanizada y casi sin voz en las dos cámaras del parlamento.
No voy a hablar de los resultados de este Gobierno que cumple su tercer año de mandato, pero sí de la crisis política a la que asistimos hoy en Marruecos.
El termómetro para medir una buena vida política, en gran parte, son las elecciones. Las elecciones parciales que ha celebrado este martes la capital espiritual del Reino (Distrito sur de Fez) dejan mucho que hablar.
La tasa de participación en estas elecciones fue del 8,8 %; es decir, de los 252.970 votantes inscritos a penas han votado 22.258, una cifra alarmante y sin precedentes en la historia electoral marroquí.
Así, casi el 92 % de los votantes inscritos de Fez no se han tomado la molestia ni para ir a votar, y esto refleja la triste realidad política que vive una de las más importantes ciudades de Marruecos, excapital del Reino.
Faltan dos años para las legislativas de 2026 y las cosas como son invitan a reflexionar. La pregunta del millón que se plantea ahora será: ¿podrían los partidos políticos revertir la situación de aquí a 2026?