Rue20 Español / Fez
Walid El Moumen
En el marco de la cumbre de países exportadores de gas que tuvo lugar el pasado domingo en Argel, el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, mantuvo conversaciones de manera individual con su homólogo iraní, Ebrahim Raissi, abordando diversas cuestiones regionales, con énfasis en los desarrollos en la región del Sahel y el asunto del Sáhara marroquí.
El presidente argelino expresó su satisfacción por la “coincidencia de puntos de vista” con Irán, indicando que Raïssi respalda sin reservas la postura de Argelia respecto a la integridad territorial marroquí, fundamentada en una hostilidad infundada y la política del antagonismo.
Según «La Revue Afrique», el régimen de los mulás ha ido más allá en su respaldo, llegando incluso a avivar las tensiones entre los dos países vecinos.
El líder iraní calificó la República ficticia como «la Palestina del norte de África», expresando su apoyo a los mercenarios del Polisario en su lucha armada por la separación de la integridad territorial marroquí.
El presidente chiita resaltó la existencia de puntos de vista comunes entre Teherán y Argel sobre diversas cuestiones regionales, considerando positiva la política argelina que busca fortalecer la paz y la seguridad en la región.
No obstante, la realidad es otro cantar. Argel, con su respaldo a movimientos terroristas en la zona sur de su territorio, está fomentando la inestabilidad y la sedición en sus países vecinos, como es evidente en Mali.
En general, varios observadores interpretan las declaraciones del líder iraní como una maniobra que podría favorecer los objetivos expansionistas de Irán. Es decir, Argel no sería más que un peón al servicio de la agenda chiita del Ayatolá de Irán.