Rue20 Español/ Fez
Walid El Moumen
La semilla de esperanza que Argel tenía para su relación con Madrid quedó sepultada. La reciente visita del presidente Pedro Sánchez a Marruecos provocó un cambio en la percepción.
El deshielo que esperaba Argelia ir al más allá, se ha frenado con la visita de Sánchez, a pesar de los gestos anteriores como el regreso del embajador argelino a Madrid en el noviembre pasado. La rueda de prensa que llevó a cabo el jefe de la Moncloa dinamitó los avances, generando desconfianza y perjudicando todos los motores que llevan hacia Madrid.
«Un deshielo que ha vuelto a saltar por los aires tras la fotografía de Sánchez con Mohamed VI», escribió El Independiente, haciendo referencia a que todos los esfuerzos emprendidos por Argelia resultaron infructuosos.
La reiteración de su apoyo al plan de autonomía para el Sáhara, despertó un malestar en Argel y se percibió como un respaldo pactado de antemano.
Por otro lado, el comunicado de la Casa Real, en el que se destacaron proyectos que involucran al Sáhara, como el gasoducto africano-atlántico Nigeria-Marruecos, paralizó a Argel y la dejó sin soluciones.
«En Argel subrayan con especial ahínco el proyecto de gasoducto, una iniciativa calificada de «inviable» por los expertos al cruzar Estados fallidos que Rabat impulsa desde hace años para competir con el gas argelino», dijo el periódico español.
Por el momento, el vecino oriental se siente traicionado por segunda vez y exige justificaciones. El descontento en Argelia es evidente, creyendo que España ya ha apostado todo en su apoyo a Marruecos.
«Ahora las relaciones hispano-argelinas han entrado en una fase de paz fría, por así decirlo. Los argelinos se sienten traicionados por partida doble», deslizó al mismo medio una fuente muy cercana al poder argelino.
Según el mismo portavoz, Argel ve que mientras Sánchez siga en el cargo de la Moncloa, las relaciones bilaterales hispano-argelinas no mejorarán. La visita de Sánchez a Rabat se percibe como inflamatoria en lugar de constructiva. «Esa visita al palacio solo ha servido para arrojar más combustible a la hoguera«.
