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El Abbas Tahri Joutey Hassani
El Reino de Marruecos se ha consolidado como el 2.º mayor proveedor de tomate de la Unión Europea, sólo por detrás de Países Bajos.
El país norteafricano ha experimentado un gran crecimiento en su cuota de mercado europeo en los últimos años, aumentando en casi un 19 % entre 2019 y 2023, según los últimos datos de Eurostat.
Este éxito se debe al esfuerzo de los agricultores marroquíes por producir tomates de alta calidad que satisfacen los exigentes estándares europeos.
Marruecos posee una ventaja comparativa, debido a su proximidad geográfica con el mercado europeo, y a sus condiciones climáticas ideales para el cultivo de tomate durante todo el año.
Además, la agricultura marroquí ha realizado importantes inversiones en tecnología e innovación para aumentar la productividad y mejorar los rendimientos.
Gracias a estas inversiones, los agricultores marroquíes pueden ofrecer tomates con un precio competitivo que ronda los 1,98 euros por kilo, frente a los 2,05 euros de Países Bajos.
Este éxito también ha significado la creación de numerosos puestos de trabajo en las zonas rurales marroquíes.
La exportación de tomates genera prosperidad y desarrollo económicos en comunidades que de otra forma tendrían muy pocas oportunidades.
El reconocimiento de Marruecos como 2.º proveedor de tomates de Europa demuestra la capacidad de nuestro sector agrícola para competir en mercados exigentes.
Si se continúa apoyando la innovación y la sostenibilidad ambiental, Marruecos podría convertirse muy pronto en el líder europeo en la producción y exportación de este cultivo tan importante.
El sólido crecimiento del sector hortofrutícola marroquí, especialmente en el cultivo de tomate, demuestra la apuesta exitosa de nuestro país por la agricultura como motor económico y generador de empleo.
En caso de que se sigan haciendo las inversiones adecuadas para mejorar la productividad y competitividad de los agricultores, Marruecos tiene un gran potencial para convertirse próximamente en el principal proveedor de tomate de la UE.
Este liderazgo reforzaría aún más los sólidos lazos económicos y comerciales entre Marruecos y Europa; actuando como activo estratégico para la creación de prosperidad y desarrollo sostenible en beneficio de ambas regiones.
