Rue20 Español/Casablanca
El Abbas Tahri Joutey Hassani
La artista marroquí —casablanquina, en preciso—, Ilham Otky, lleva más de una década viviendo y trabajando en Jerez; contribuyendo, así, a enriquecer el patrimonio artístico de la ciudad con su particular visión, inspirada por la luz del sur de España y de su Marruecos natal.
Sin embargo, su apuesta por el arte como medio de vida no ha sido fácil, como relató en una reciente entrevista concedida al diario andaluz «𝘓𝘢 𝘝𝘰𝘻 𝘥𝘦𝘭 𝘚𝘶𝘳».
Nacida en Casablanca, aunque con orígenes familiares en Tánger, Otky llegó a Jerez hace catorce años para reunirse con su marido español.
Licenciada en Bellas Artes y diplomada en Literatura Francesa, la joven artista tuvo dificultades para encontrar un empleo acorde a sus cualificaciones.
«Se me llegó a dar el caso de enviar el curriculum para impartir clases de francés en una asociación que ni siquiera llegó a llamarme», lamenta.
Fue entonces cuando decidió apostar por su verdadera pasión: el «arte»; de forma que participó en numerosas exposiciones colectivas; habiéndose lanzado, en 2008, a la aventura de emprender su propio negocio artístico gracias a un proyecto municipal.
Hoy, 15 años después, Otky se prepara para dar un nuevo paso al frente con la ampliación de su espacio expositivo en la calle San Agustín.
«Siempre he buscado crear un espacio diferente, que refleje mi formación y mi visión del arte», afirma la empresaria marroquí.
Su trabajo artístico abarca diversas técnicas como la pintura, la cerámica o el diseño textil, inspirándose en lo que ella considera la seña de identidad común de ambas orillas del Estrecho: «𝐿𝑎 𝑙𝑢𝑧 𝑑𝑒𝑙 𝑠𝑢𝑟».
Para Otky, Marruecos y el sur de España comparten «una misma mirada sobre el mundo»; por ello, entre sus proyectos de futuro figura fomentar más colaboraciones artísticas entre ambos países y culturas.
Asimismo, recalca que defenderá su apuesta por el centro histórico jerezano como espacio artístico: «Espero seguir resistiendo aquí como la aldea gala de Astérix».
En definitiva, a través de su inquietud creativa, Ilham Otky contribuye a estrechar los lazos culturales entre dos orillas, al tiempo que enriquece con su talento el devenir artístico de Jerez, ciudad que ya considera propia después de casi quince años «de la mano del arte».
A través de su prolífica producción pictórica y artesanal, Ilham Otky ha sabido hacer suya la luz y la cultura tanto de su Marruecos natal como de la tierra andaluza que la acogió.
Su mirada artística se enriquece con esa doble pertenencia geográfica y emocional a ambas orillas del Estrecho; lejos de erigirse en puentes separados, en su obra la «marroquíidad» y la «andalucidad» se entremezclan en un diálogo creativo que hace más patente, si cabe, los estrechos lazos que unen a estas tierras hermanas.
Con su compromiso y trabajo, Ilham Otky contribuye de este modo, desde el terreno del arte, a preservar y enaltecer esa rica herencia identitaria múltiple; donde las raíces marroquíes, mediterráneas e ibéricas se funden para dar forma a una sensibilidad singular y universal.