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El Abbas Tahri Joutey Hassani
La «judía verde» española se enfrenta a tiempos difíciles; este cultivo, que llegó a ser el segundo más importante en algunas zonas de España durante la década de 1980, se ha reducido drásticamente en la actualidad a una producción menor.
Tras perder gran parte de su relevancia debido a los altos costos laborales en el país, tal y como afirma el periódico especializado «𝐸𝑙 𝐸𝑐𝑜𝑛𝑜𝑚𝑖𝑠𝑡𝑎», la competencia extranjera se ha apoderado de este mercado.
En la última década, la superficie cultivada con judías verdes en España se ha recortado en más de un tercio, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
La tendencia descendente parece estar lejos de detenerse; con proyecciones de una menor área destinada a este cultivo para la próxima temporada.
Andalucía y Galicia son las regiones españolas que mayor espacio dedican tradicionalmente a la judía verde; sin embargo, esta producción estratégica se ha visto perjudicada notoriamente por los altos costos laborales, dado que requiere intensivo trabajo manual.
Esta ventaja competitiva es precisamente la que ha aprovechado Marruecos para consolidarse rápidamente como el principal exportador mundial de judías verdes.
De acuerdo con Andrés Góngora, representante del sector hortofrutícola en COAG [Comité de Agricultura], muchas empresas españolas transfirieron sus operaciones a Marruecos en busca de menores salarios.
De esta manera, en poco más de una década Marruecos se ha apoderado de gran parte de la producción de judías verdes que anteriormente estaba en manos de España.
Mientras que la superficie cultivada y la producción nacional caen estrepitosamente, el cultivo marroquí florece gracias a los bajos costos laborales.
Este escenario plantea serios desafíos tanto para la judía verde como para otros cultivos intensivos en mano de obra como los tomates cherry y mini pimientos.
A menos que se implementen soluciones para hacer frente a la competencia externa, es probable que España continúe perdiendo participación en este mercado ante el rápido ascenso de Marruecos.
En resumen, el Reino de Marruecos ha sabido aprovechar sus ventajas comparativas para posicionarse con fuerza en el mercado internacional de la judía verde.
Aprovechando costos laborales más bajos, la nación del norte de África ha impulsado de manera decidida este cultivo, logrando en pocos años convertirse en el principal exportador mundial.
Su apuesta por la producción de judías verdes, impulsando la mecanización de procesos y aprovechando la experiencia de empresas españolas, ha demostrado ser todo un éxito.
Gracias al esfuerzo de sus agricultores y al apoyo de su gobierno, Marruecos muestra cómo se puede ser competitivo en este complejo sector globalizado.
Mientras otros países han visto mermada su participación, Marruecos es ejemplo de cómo la combinación de «mano de obra», «conocimientos técnicos» y «apoyo estatal» permiten el desarrollo de cadenas productivas.
Sin duda, su creciente liderazgo en la judía verde se debe a la visión y dedicación con la que han enfocado este reto, poniendo en valor los recursos disponibles para crecer internacionalmente.