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viernes, noviembre 22, 2024

Lo que debe evitar Marruecos ante Sudáfrica

 

 

Rue20 Español/Rabat

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Zakariae Alem

 

Marruecos tiene una prueba seria ante Sudáfrica en los octavos de final de la Copa Africana de Naciones. Con grandes expectativas, los Leones del Atlas intentarán pasar la eliminatoria y llegar a cuartos de final a toda costa.

El duelo no será fácil, porque Sudáfrica tiene un equipo muy compacto y, sobre todo, ‘veloz’. No obstante, Marruecos dejó ver algunas carencias en los primeros tres partidos, lagunas que debe llenar Regragui antes de ser eliminado en pleno camino del anhelado título.

 

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Perder el control

La primera carencia es técnica. Marruecos dio muy buena imagen en la Copa del Mundo de Qatar 2022. Esto se debía a que se enfrentó a selecciones, teóricamente, de más índole que ella; por esta razón, Regragui jugaba de la mejor manera que conocía: con el repliegue, manteniendo el bloque, saliendo la contra y teniendo eficacia goleadora en ataque.

En África, se encontró con circunstancias totalmente diferentes. Después de la hazaña del Mundial, Marruecos entra como la mejor selección africana y la gran favorita, por lo cual la mayoría de las selecciones juegan con una idea defensiva. Esto impone a Marruecos jugar un papel diferente, de protagonismo con el balón, de intentar descifrar la defensa contraria y de llevar encima el peso del partido.

De momento, Marruecos aprueba esta ‘asignatura’ a duras penas. Los Leones del Atlas empiezan ganando en todos sus partidos, pero siempre pierde el control a los 30 minutos de la primera parte. No es buena señal, porque la selección marroquí no es quien se repliega y elige jugar sin balón, sino se lo arrebatan y lo meten bajo presión inesperada.

El seleccionador marroquí debe tomar en consideración esta carencia, intentando usar sus armas en ataque, teniendo en cuenta la técnica del rival y preparar un plan defensivo prematuro en casos similares.

 

Falta de eficacia… puede costar caro

Relacionado con el primer punto, notamos que la selección marroquí controlaba el juego en la primera media hora, pero en ninguno de los tres pudo ‘matar’ el partido, a pesar de crear numerosas ocasiones para marcar un segundo gol después de haber marcado el primero.

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Incluso en el partido contra Tanzania, cuando Marruecos goleó 3-0, solo pudo marcar un gol en la primera parte. Los otros dos goles llegaron después de la expulsión de Novatus Miroshi en el minuto 70.

En los otros dos partidos, vimos más de lo mismo. Una ola de ataques marroquí en los primeros 30 minutos, un gol… sin más.

En la fase de grupos, el equipo tiene bastante margen de error, ya que puede compensar su pérdida en otros partidos en el caso de un pinchazo. No obstante, en la fase eliminatoria, fallar tantas ocasiones puede costar muy caro. Puede significar, simplemente, la eliminación.

 

Poderío físico vs Técnica

Las selecciones africanas tienen mucho poderío físico. Esto se nota claramente en los partidos de esta edición. Sin embargo, la selección marroquí es más técnica y táctica que física. Incluso cuando retrocede y decide replegarse, no se basa en el poderío físico, sino en el planteamiento táctico y la disciplina.

Cuando ataca, con jugadores como Ziyech, Hakimi, Boufal, Ounahi…, no lo hace mediante imponerse físicamente, sino con toques de calidad, la calidad que llevó a estos jugadores hasta semifinales del Mundial.

No obstante, varias veces, los jugadores marroquíes entran en disputas físicas innecesarias con los rivales africanos, olvidando su estilo. No se trata de ‘coquetear’ el balón sin fuerza ni entrega, sino de jugar con corazón, dejando la piel, pero con su propio estilo, usando las armas que uno tiene en el repertorio.

 

Aptitud física

En los partidos anteriores, Marruecos siempre jugaba bajo presión en las segundas partes, sobre todo en los minutos finales. Es un índice que refleja el nivel de la aptitud física de los jugadores marroquíes.

No es posible decir que jugadores como Hakimi, Aguerd, Amrabat, En-Nesyri… no estén preparados físicamente, pero las circunstancias en las suelen jugar es totalmente diferente a la de esta edición de la CAN. Por esta razón, vemos que los jugadores de la selección marroquí no aguantan el ritmo de los partidos los noventa minutos.

Esto no se soluciona en plena competición, pero puede resolverse de algunas formas urgentes. Primero con cambios: Regragui puede plantearse las sustituciones basándose en esta realidad, buscar con sus fisios la mejor forma de ‘rehabilitar’ a su equipo cuando lo vea ahogado. Asimismo, puede cambiar el sistema a otro más adecuado para estas circunstancias.

Puede también dar entrada jugadores con cualidades que permitan ganar momentos de descanso a sus compañeros, como hacen los atacantes de grandes envergaduras, rescatando balones aéreos y conservándolos después de los despejes de la defensa.

La segunda ‘hipotética’ solución puede basarse en los datos anteriores: Se trata de intentar cerrar el marcador en los primeros treinta minutos y luego bajar el ritmo del partido usando la técnica de los jugadores. Para lograrlo, hay que aumentar la eficacia cuando el equipo esté apto físicamente como ya hemos señalado.

 

¡Quien falla, cae!

Si Marruecos pretende proclamarse como campeón de la Copa Africana de Naciones, debe pensarse desde ya en cómo reparar sus puntos débiles, fortalecer sus puntos fuertes y contrarrestar los del rival, ya que en la fase final no hay margen de error: quien falla cae.

Cabe recordar que el partido de Marruecos contra Sudáfrica se jugará en el Estadio de San Pedro, el próximo martes a las nueve de la noche, en los octavos de final de la Copa Africana de Naciones.

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