Rue20 Español/ Bamako
El gobierno de transición de Malí condenó, este jueves, «los actos inamistosos y los casos de hostilidad e injerencia en los asuntos internos del país» por las autoridades argelinas, que «atentan contra la seguridad nacional y la soberanía de Malí».
En un comunicado publicado anoche, el gobierno de transición menciona entre estos actos «la imposición de un plazo de transición a las autoridades malienses, de manera unilateral; la recepción sin concertación ni notificación previa y en la más alta cumbre del Estado argelino de ciudadanos malienses subversivos y de ciudadanos malienses perseguidos por la justicia de Malí por actos de terrorismo».
El comunicado cita también «la existencia en el territorio argelino de oficinas que garantizan la representación de ciertos grupos signatarios del Acuerdo para la Paz y la Reconciliación en Malí, resultante del proceso de Argel, y que ahora se han convertido en actores terroristas».
Se trata también, denuncia el gobierno de Malí, «la voluntad de las autoridades argelinas de mantener el régimen de sanciones de las Naciones Unidas relativo a Malí, en un momento en que el Movimiento de los Países No Alineados y la Federación de Rusia se oponían a él en interés de Malí, que pedía el levantamiento de dicho régimen», y «la mano oculta de las autoridades argelinas en una maniobra consistente en imponer un capítulo sobre Malí en el documento final de la cumbre del Movimiento de los Países No Alineados en Kampala, Uganda, sin el consentimiento de las autoridades malienses».
Al argumento de las autoridades argelinas según el cual «no están a iniciativa del capítulo controvertido sobre Malí», critica el Gobierno maliense, es útil «preguntarles por qué fueron las únicas que se opusieron, a nivel de expertos, a la enmienda propuesta por Malí, que afirmaba que toda modificación de la redacción impugnada debería contar con el consentimiento previo de las más altas autoridades argelinas».
Tras analizar estos casos, subraya el comunicado, «se desprende una percepción errónea de las autoridades argelinas que consideran a Malí como su traspatio o un Estado sumiso, con un trasfondo de desprecio y condescendencia».
Por otra parte, el gobierno de transición «toma como testigo a la opinión nacional e internacional y les invita a constatar la diferencia entre las maniobras de hostilidad de las autoridades argelinas, por una parte, y la responsabilidad que les incumbe en el momento en que ocupan sus escaños en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el órgano encargado principalmente del mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales».
El gobierno de Malí, condenando esta actitud, «exige a las autoridades argelinas que cesen inmediatamente su hostilidad», precisa el comunicado, destacando que «las relaciones de buena vecindad exigen comportamientos responsables, que deben guiarse por el sentido de la empatía y el respeto mutuo».
Por otra parte, señala el texto, el gobierno de transición «tendría curiosidad por conocer el sentimiento de las autoridades argelinas, si Malí debería acoger en la cumbre más alta del Estado a representantes del movimiento para la autodeterminación de Cabilia».
El gobierno maliense invita también a las autoridades argelinas «a recordar su responsabilidad en el deterioro de la situación de seguridad en el Sahel», indicando en este contexto que «la instalación en el Sáhara del grupo salafista para la predicación y el combate (GSPC) argelino, y luego su lealtad a Al-Qaeda marcaron el advenimiento del terrorismo internacional en la región».
Así, Malí «reafirma su adhesión a la promoción de relaciones amistosas y armoniosas con todos los Estados del mundo, siempre que se respeten los principios que guían la acción pública en el país», definidos por el Coronel Assimi Goïta, Presidente de la Transición, a saber: el respeto de la soberanía de Malí; el respeto de las opciones de asociación y de las opciones estratégicas de Malí y la consideración de los intereses vitales del pueblo maliense en todas las decisiones», concluye el comunicado.
Cabe señalar que el gobierno de transición maliense anunció el mismo día el «fin, con efecto inmediato» del acuerdo para la paz y la reconciliación en Malí, resultante del proceso de Argel, y denunció su «instrumentalización por las autoridades argelinas».