Rue20 Español/Casablanca
El Abbas Tahri Joutey Hassani
Nada mejor que Marruecos para inspirar «dinamismo» y «ambición»; Su Majestad el rey Mohammed VI guía al Reino alauí por la senda de un futuro próspero, aprovechando cada oportunidad para modernizar el país y elevar la calidad de vida de sus ciudadanos.
Con su amplia visión, SM ha emprendido el ambicioso plan de convertir a Marruecos en sede de la Copa Mundial de Fútbol de 2030; este evento no sólo elevaría el perfil internacional del Reino, sino que también impulsaría obras de enorme calado para el pueblo marroquí. Nuevos estadios, autopistas, aeropuertos y otras infraestructuras de primer nivel situarían a Marruecos en la vanguardia global.
Con su ubicación estratégica frente a Europa y África, su estabilidad política y su pujante economía, Marruecos es el socio ideal para empresas que deseen prosperar en el continente. El presente artículo analiza cómo las constructoras españolas buscan aprovechar la multimillonaria ola de proyectos que se avecina, a raíz de un estudio económico publicado por la homóloga madrileña «𝐶𝑖𝑛𝑐𝑜 𝐷í𝑎𝑠» —efectuado por el redactor especializado Javier Fernández Magariño—, para dejar su impronta en las brillantes obras que convertirán el sueño de Su Majestad y el pueblo marroquí, en realidad.
El ambicioso plan marroquí para modernizar sus infraestructuras de cara a la Copa Mundial de Fútbol de 2030 ha despertado el interés de las principales compañías constructoras españolas; si la candidatura conjunta de «Marruecos, España y Portugal» resulta ser elegida para albergar el evento, se calcula que el Reino alauí invertirá cerca de 1.700 millones de euros en nuevos estadios, autopistas, aeropuertos y otros proyectos.
Las empresas líderes del sector en España ya están moviendo sus hilos para posicionarse de cara a los grandes contratos que se avecinan; manejando informes que detallan las obras consideradas «prioritarias» por las autoridades marroquíes. Modernizar el paisaje urbano de varias ciudades y facilitar la movilidad de miles de aficionados son algunos de los objetivos.
En discreto —pero frenético— trabajo detrás de bastidores, los altos ejecutivos sopesan sus opciones y contactos; a sabiendas de que la competencia será feroz con grandes firmas locales e internacionales. Por ello, ansían el respaldo de la diplomacia española para ganar visibilidad y ventaja a la hora de optar a los jugosos concursos que se aproximan más allá del Estrecho; sólo así podrán codearse con opciones reales en la puja por hacer realidad los ambiciosos planes marroquíes.
El «𝐺𝑟𝑢𝑝𝑜 𝐹𝐶𝐶» [«𝐹𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝐶𝑜𝑛𝑠𝑡𝑟𝑢𝑐𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑦 𝐶𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑡𝑎𝑠»], con una dilatada experiencia en el sector de la construcción y obra civil, destaca entre las empresas españolas por sus sólidas credenciales; recientemente ha llevado a cabo la reforma integral del estadio Santiago Bernabéu, y la construcción de nuevas instalaciones en la línea 10 del Metro de Madrid.
No obstante, otras compañías como «𝐴𝑐𝑐𝑖𝑜𝑛𝑎» también atesoran un extenso historial en la ejecución de grandes proyectos deportivos; entre sus obras más reconocidas figuran el nuevo Estadio de San Mamés de Bilbao o las modernas ciudades deportivas del Real Betis y CD Tenerife.
«𝐹𝑒𝑟𝑟𝑜𝑣𝑖𝑎𝑙» tampoco se queda atrás, habiendo materializado estadios de envergadura como el Estadio Mediterráneo de Almería, el estadio de fútbol de Anoeta en San Sebastián; o el recinto deportivo tunecino de Radès.
Desde Portugal, la firma «𝑆𝑎𝑐𝑦𝑟» aporta su experiencia en la construcción del estadio Da Luz de Lisboa; además de «𝐷𝑟𝑎𝑔𝑎𝑑𝑜𝑠», muy activa en el sur de España, que ha liderado la remodelación integral del Benito Villamarín de Sevilla, o la construcción del Complejo Deportivo Arcángel en Córdoba.
Con tan amplio historial a sus espaldas en la edificación de instalaciones deportivas de primer corte, estas compañías españolas esperan que su conocimiento del sector juegue a su favor de cara a optar a los fastuosos contratos prometidos por el plan marroquí para el Mundial 2030.
A pesar de haber desarrollado notables proyectos en Marruecos en el pasado, especialmente en materia hídrica, las empresas constructoras españolas saben que generar una cartera de obra sustanciosa en el mercado marroquí no será tarea fácil.
Deberán competir frontalmente con los grandes conglomerados franceses y chinos, muy activos desde hace años en el Reino alauí; asimismo, es previsible que pretendientes como las egipcias, con gigantes como «𝑂𝑟𝑎𝑠𝑐𝑜𝑚 𝐶𝑜𝑛𝑠𝑡𝑟𝑢𝑐𝑡𝑖𝑜𝑛» a la cabeza —responsables del nuevo estadio de la Capital Administrativa de El Cairo, de 93.000 localidades—, traten de hacerse un hueco.
Desde Turquía también podría llegar competencia cualificada, como la empresa «𝐿𝑖𝑚𝑎𝑘», que llevó a cabo la remodelación integral del Camp Nou barcelonista.
En este complejo panorama internacional, los grandes proyectos prometidos para la Copa del Mundo suponen una oportunidad de oro para las constructoras españolas; no obstante, deberán hacer gala de su experiencia, contactos y mejores armas comerciales para no quedar relegadas y lograr adjudicaciones de envergadura, pese al fuerte pulso que se acerca con titanes de la construcción de talla global.
El gran atractivo para las constructoras en competencia es la ejecución del ambicioso macrocomplejo deportivo proyectado en Casablanca; con una capacidad para 113.000 personas y un presupuesto inicial cercano a los 460 millones de euros, este recinto multifuncional está llamado a ser la joya de la corona del plan marroquí.
La Federación Real Marroquí de Fútbol [FRMF] aspira a que sea la sede designada para acoger la gran final de la Copa del Mundo, de resultar exitosa la candidatura conjunta; para ello, cumple uno de los criterios exigidos por la FIFA: disponer de un aforo superior a los 80.000 espectadores, al igual que los estadios del Real Madrid y FC Barcelona.
Mientras avanzan las conversaciones con posibles financiadores, la FRMF se encuentra actualmente en proceso de seleccionar a las empresas interesadas en liderar el diseño y construcción de tan imponente recinto. De seguro, este macroproyecto causará un auténtico terremoto competitivo entre las grandes firmas; siendo el Santo Grial que todas aspiran capturar para sus respectivos portfolios.
Resta por ver qué compañías, en absoluto—españolas incluidas y privilegiadas—, convencerán a las autoridades marroquíes de poseer la experiencia y solvencia necesarias para materializar tan colosal infraestructura.
Entre los siete consorcios precalificados para aspirar al lucrativo contrato de diseño del macrocomplejo de Casablanca se encuentran dos firmas españolas.
Por un lado, «𝑇𝑦𝑝𝑠𝑎» ha configurado una alianza junto a la marroquí «𝐺𝑟𝑜𝑢𝑝𝑒 3 𝐴𝑟𝑐𝘩𝑖𝑡𝑒𝑐𝑡𝑒𝑠», y la reconocida británica «𝐹𝑜𝑠𝑡𝑒𝑟 𝑎𝑛𝑑 𝑃𝑎𝑟𝑡𝑛𝑒𝑟𝑠»; mientras que «𝐶𝑟𝑢𝑧 𝑦 𝑂𝑟𝑡𝑖𝑧» lo ha hecho con la arquitecta marroquí-local «𝐶𝘩𝑎𝑟𝑎𝑓-𝐸𝑑𝑑𝑖𝑛𝑒 𝐹𝑞𝑖𝘩 𝐵𝑒𝑟𝑟𝑎𝑑𝑎 𝐴𝑟𝑐𝘩𝑖𝑡𝑒𝑐𝑡𝑒».
Esta última empresa española ya estuvo detrás del diseño preliminar del Gran Estadio de Casablanca; además, en su haber se encuentra haber firmado el diseño del moderno Estadio Wanda Metropolitano del Atlético de Madrid.
Los otros equipos en rivalidad son liderados por reconocidos estudios internacionales como «𝐴𝑟𝑐𝘩𝑖 𝑇𝑒𝑎𝑚» [Australia], «𝐵𝑀𝐹 𝐴𝑟𝑐𝘩𝑖𝑡𝑒𝑐𝑡𝑒𝑠» [Marruecos], «𝑇𝑎𝑟𝑖𝑘 𝑂𝑢𝑎𝑙𝑎𝑙𝑜𝑢 𝐴𝑟𝑐𝘩𝑖𝑡𝑒𝑐𝑡𝑒» [Francia], «𝐻𝑎𝑖𝑗𝑖 & 𝐸𝑙𝑜𝑢𝑎𝑙𝑖» [Marruecos] y «𝐽𝑎𝑜𝑢𝑎𝑑 𝐾𝘩𝑎𝑡𝑡𝑎𝑏𝑖» [Marruecos].
En los próximos meses, un jurado especializado escogerá al consorcio ganador tras evaluar minuciosamente las propuestas presentadas por cada uno; en las que primarán criterios como la «calidad del diseño», la «sostenibilidad» e «innovación».
La finalidad suprema del Gobierno marroquí, a este respecto, es que el macrocomplejo de Casablanca —llamado a ser el mayor estadio de África— comience a construirse en 2025; visto que servirá como punta de lanza para la candidatura al Mundial FIFA 2030.
Por añadidura, las otras cinco sedes del país —Agadir, Marrakech, Rabat, Tánger y Fez— requerirán importantes reformas valoradas en 14.000 millones de dirhams, unos 1.285 millones de euros de inversión hasta 2028; se prevé una gran carga de trabajo para adaptar dichas instalaciones a los estándares FIFA. Algunos proyectos ya están en marcha.
Marruecos lleva tres décadas postulando acoger el mundial de fútbol, lo que lo convertiría en la segunda nación africana en ser sede del evento tras el precedente de Sudáfrica en 2010. De lograrlo finalmente en 2030 junto a sus vecinos ibéricos, supondría un impulso sin paralelo para su industria de la construcción y la modernización de infraestructuras.
Bajo la sabia y perspicaz visión de Su Majestad el rey Mohammed VI, Marruecos avanza decididamente por la vía del progreso; de forma que el ambicioso plan para convertir al Reino en sede de la Copa Mundial 2030 representa una nueva era de esplendor, con obras que embellecerán el país, y dignificarán a su pueblo.
Las constructoras españolas tienen ahora la oportunidad de dejar su huella en tan grandiosa transformación; si demuestran la solvencia y experiencia adquiridas en magnánimos proyectos pasados, podrán ayudar a materializar el sueño de Su Majestad de situar a Marruecos en la élite mundial, con instalaciones acordes a su gente laboriosa y su historia milenaria.
Será el inicio de una fructífera alianza hispano-marroquí que revertirá mutuamente en beneficio de ambas naciones; pues el futuro que se avecina para Marruecos promete ser esplendoroso, digno del orgulloso pueblo que lo habita.