Rue20 Español/ Mohammadia
Toufiq Slimani
Cada maestrillo tiene su librillo, como dice el refrán español. El seleccionador nacional, Walid Regragui, tiene también su librillo. Cada míster tiene su manera de actuar, de pensar, de entrenar y de planificar su alineación y sus partidos. Puede que no estemos de acuerdo con algunas decisiones de Walid Regragui. Las críticas y las opiniones opuestas forman parte del paisaje y del juego.
La anulación del partido amistoso contra Gambia, la convocación de jugadores lesionados y otros que no han jugado muchos minutos con sus clubes son responsabilidad de Walid Regragui. Jugar un partido a puertas cerradas es la decisión del seleccionador. Hay que respetar las decisiones de Walid Regragui. Ha ganado nuestro respeto desde la Copa del Mundo de Catar.
Ahora hay que arropar a Walid Regragui y a sus pupilos de cara al primer partido en la CAN. Hay ruido acerca del viaje de la selección y de los periodistas. Esto no tiene que afectar a la selección. Después de la CAN se puede discutir tranquilamente y analizar algunas decisiones tomadas y las actuaciones del entorno pequeño y amplio. Es la hora de la unidad para repetir la gesta del Mundial de Catar en 2022. Levantar la Copa Africana es difícil por el ambiente africano, pero no es imposible.
Me gusta ver el medio más lleno del vaso. Ahora con walid Regragui en el banquillo nos sentaremos a ver los partidos de la Copa Africana con confianza, orgullo e ilusión de seguir algo atractivo.
Ahora todos los marroquíes se sienten orgullosos de su selección. Tras el Mundial de Catar, no tenemos la preocupación de que sufriremos en los partidos. Antes sí, ahora no.
Ahora, tenemos más opciones de que el melón de la Copa Africana, al abrirlo, salga muchas veces bueno que malo.
La selección marroquí ha recuperado la ilusión y confianza. Los Leones del Atlas nos han dejado pasar de la desesperación (participar para participar) a la esperanza (participar para ganar la Copa). Es el tiempo de esperanza e ilusión. El ruido no lleva a ninguna parte.