Rue20 Español/ Mohammadia
Marruecos está comprometido con la materialización de la hoja de ruta hispano-marroquí adoptada el 7 de abril de 2022 tras la reunión del Rey Mohammed VI y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, en el Palacio Real de Rabat. Marruecos no se resiste a reabrir las aduanas de Melilla y de Ceuta. Es cuestión de tiempo.
Así lo ha dejado muy claro Fernando Grande-Marlaska (Bilbao, 1962), ministro de Interior de España, quien se convirtió desde junio de 2018 en un gran amigo de Marruecos, un gran defensor del mantenimiento de una buena relación bilateral. Cada legislatura lo colocaban fuera del Gobierno. Volvieron a fallar. El amigo de Marruecos se resiste.
«No creo que (Marruecos) se resista a cumplir, sino que todos los acuerdos necesitan un tiempo. No es por ninguna falta de voluntad», según afirmó Marlaska en una entrevista concedida hoy domingo a Lavanguardia.
Marlaska es uno de los ministros de los gobiernos de Pedro Sánchez que más han visitado Marruecos y que se han reunido con los responsables marroquíes.
Tras lograr el pacto migratorio de los 27 miembros de la UE, Marlaska ha vuelto a subrayar la importancia de Marruecos en la lucha contra la inmigración irregular, las mafias de tráfico de seres humanos y el contrabando.
Marlaska dijo claramente que Marruecos como país de origen, tránsito y destino de la inmigración, sigue siendo un socio fiable.
«Marruecos siempre ha sido un socio fiable; tenemos unas relaciones de hermandad desarrolladas en el tiempo. De una lealtad, en ambos sentidos, máxima», aseguró Marlaska.
En cuanto al nuevo pacto migratorio adoptado por la Unión Europea, el ministro español sabe que no todo lo que se desea se consigue, pero algo en la mano mejor que nada.
A la pregunta de si el pacto alcanzado es el que le hubiese gustado firmar hace seis meses, respondió: «Era una de las prioridades máximas del Ministerio del Interior durante la presidencia española de la UE. No es el pacto que yo hubiera querido, pero me gusta porque es un acuerdo de los 27 países en una materia tan sensible como es la inmigración, que ha sido un elemento de división importante en los últimos años. No hubiera aceptado un pacto que no fuera respetuoso con los derechos humanos».
En respuesta a su colega en el gobierno, la vicepresidenta Yolanda Díaz, que aseguró que el pacto es un paso atrás; Marlaska aclaró: «es un paso adelante porque antes no había nada: tenemos un pacto migratorio en el que por primera vez se habla de solidaridad. Y con escrupuloso respecto a los derechos humanos. Se aborda la dimensión exterior con los países de origen y tránsito; no solo en la lucha contra las mafias que trafican con seres humanos, también se salvan vidas al evitar el 40% de las salidas irregulares».