Rue20 Español/ Rabat
«Existe sólo una solución creíble al diferendo del Sáhara, y es la que propone Marruecos», indicó el miércoles en Rabat el ex presidente francés Nicolas Sarkozy.
«En mi época, Francia estaba a la vanguardia de la cuestión del Sáhara. Siempre he creído que existe sólo una solución creíble, y es la que propone Marruecos», subrayó Sarkozy en la ceremonia de presentación de su último libro, «Le temps des combats» (El tiempo de los combates), a la que asistieron el consejero de Su Majestad el Rey, André Azoulay, y el embajador de Francia en Marruecos, Christophe Lecourtier, así como eminentes personalidades del mundo político, diplomático, económico y cultural.
«Estoy convencido de la marroquidad del Sáhara. Es una posición que siempre he defendido: una posición de apertura y desarrollo», agregó, expresando su deseo de que Europa pueda avanzar hacia esta evidencia, del mismo modo que Estados Unidos.
«Defendí esta idea en tiempos del difunto SM el Rey Hassan II y también durante el reinado de SM el Rey Mohammed VI», prosiguió, añadiendo que «todo este tiempo perdido contribuye a acentuar la inestabilidad y la incertidumbre».
Por otra parte, Sarkozy destacó que Marruecos ha logrado construir una economía resistente y una estabilidad duradera, posicionándose como un país influyente a nivel continental.
En esta ocasión, Sarkozy expresó su gran admiración por Su Majestad el Rey Mohammed VI, «un hombre de excepción y uno de los grandes dirigentes sabios y visionarios».
También estimó que la fuerza de Marruecos reside en su capacidad para conciliar identidad y modernidad.»Es un país que respeta su cultura y su historia, y al mismo tiempo abraza la modernidad. Si hay un lugar donde la cuestión de la identidad es central, es aquí: representa una apertura, no un cierre», explicó.
«Marruecos ha entrado con éxito en el mundo moderno sin vender su estilo de vida, sus tradiciones, su mundo especial. No es a los marroquíes a quienes hay que explicar la importancia de salvaguardar una identidad nacional», afirmó Sarkozy.