Rue20 Español/ Rabat
El día 6 de noviembre de cada año, el pueblo marroquí festeja la conmemoración de un hecho histórico sin precedentes, llamado Marcha Verde. Dicho acontecimiento emblemático fue impresionante en el sentido más amplio de la palabra.
En ella, la Marcha Verde, no había ni una sola pizca de violencia… No se había recurrido ni a las armas ni a la guerra. Era una Marcha muy pacífica donde las armas fueron sustituidas por el Sagrado Corán, las súplicas, las banderas y las canciones nacionales.
El pueblo marroquí no pensó dos veces en interactuar positiva e inmediatamente con el Discurso Histórico del difunto Rey Hassan II, del 5 de noviembre de 1975.
Las palabras motivadoras de ese Discurso fueron tan convincentes que pudieron movilizar a 350.000 personas – hombres y mujeres, jóvenes y viejos, estudiantes y artesanos,…–, por una causa nacional territorial.
He aquí unos fragmentos de dicho Discurso Real:
“Tenemos que iniciar una Marcha Verde desde el Norte de Marruecos hacia el Sur y del Este al Oeste. Tenemos que levantarnos, querido pueblo, como un solo hombre, con orden y organización para dirigirnos al Sáhara y encontrarnos con nuestros hermanos allí”.
Querido pueblo: Mañana, si Dios quiere, cruzarás la frontera. Mañana, si Dios quiere, comenzarás la Marcha. Mañana, si Dios quiere, pisarás una tierra que es tuya; y tocarás las arenas que son tuyas. Mañana, si Dios quiere, besarás un suelo que es parte integral de tu querido país”.
Con motivo del 47° aniversario de la histórica Marcha Verde, queremos arrojar luz sobre algunas de las lecciones que podemos sacar de este importante y exitoso evento patriótico aplaudido por la Comunidad Internacional:
Primero: una marcha pacífica, de color verde
Como su nombre indica, es una marcha de color verde, el color que simboliza la vida, la paz, el entusiasmo, la vitalidad, etc.
No es de color rojo –símbolo del derramamiento de sangre y de la guerra- ni es de color negro –que simboliza el pesimismo, la oscuridad, las tinieblas.
En dicha Marcha no había ni armas ni guerra, era una marcha pacífica cien por cien, tal como el difunto Rey Hassan II en su Discurso del 5 de noviembre de 1975 cuando se dirigió a los voluntarios para anunciarles que al día siguiente, avanzarían hasta cruzar la frontera: «No quiero hacer la guerra a España». Además, animó a los participantes en la Marcha a confraternizar con los españoles que encontraran a su paso: «Si encuentras a un español, militar o civil, abrázalo y bésalo y festeja el encuentro».
La Marcha Verde tenía como objetivo lograr la independencia de los territorios del Sur y reencontrarse con los hermanos y queridos de esas zonas.
Segundo: la disponibilidad incondicional del pueblo marroquí para sacrificarse por las causas de su país
La Marcha Verde deja muy claro que el pueblo marroquí es muy grande y bondadoso, y tiene una simpatía muy viva y fiel hacia la religión y la unidad territorial.
Destaca, entonces, el apego de los marroquíes a todas las partes de su territorio.
«Querido pueblo, ahora me he asegurado de que los asuntos de Marruecos y el futuro de Marruecos están en buenas manos,… manos llenas de patriotismo, aferradas a su trabajo, y apegadas a su tierra y suelo».
«Querido pueblo, has demostrado una vez más que sigues dando y sacrificándote. ¿Qué estás dando y sacrificando? Estás dando lo más preciado que tienes, que es tu alma, tu vida, tu vida en casa, tu presencia con la familia, tu vida normal,… y has dado todo eso a tu país con voluntad y espontáneamente», dijo el difunto Rey Hassan II en su Discurso.
En este sentido, el pueblo siempre está dispuesto a hacer todo lo que esté a su alcance para servir y defender la nación y sus causas principales.
El pueblo marroquí seguirá movilizado y unido para defender el Sahara marroquí hasta el último grano de arena.
El pueblo marroquí siempre ha sido y seguirá siendo coherente e interdependiente, y permanecerá así de por vida.
De ahí, hay que tener mucho cuidado con las personas que llaman al separatismo, la fragmentación y el sectarismo y cosas por el estilo.
Tercero: reencontrarse con los hermanos y queridos en el Sáhara
Esta Marcha tenía como objetivo crear lazos de parentesco y hermandad entre los marroquíes del norte, centro y sur, y sus hermanos en el Sáhara marroquí.
Más de 350.000 voluntarios y voluntarias acudieron de todas las ciudades de Marruecos con la intención de vincular los lazos de parentesco y preservar para las generaciones venideras los recuerdos de aquella Marcha Verde exitosa y gloriosa.
Cuarto: simbiosis entre el Rey y el pueblo
La Marcha Verde refleja claramente la simbiosis de larga historia entre el trono y el pueblo.
Es una prueba de que juntos, el Rey y el pueblo de Marruecos, son capaces de hacer frente a todos los retos de la Nación.
En resumen, la Marcha Verde es un acontecimiento único y emblemático en la historia contemporánea de Marruecos, así como una referencia a la lucha pacífica de los pueblos por recuperar sus derechos desposeídos y completar su independencia e integridad territorial.