Rue20 Español/ Mohammadia
Toufiq Slimani
El Mundial de 2030 ha dejado un buen sabor de boca a todos los aspirantes a albergarlo. Evidentemente, el grado del buen sabor no es lo mismo. Cada pueblo aspira a albergar más partidos y tener más protagonismo. Sobre los gustos/ deseos no hay nada escrito, pero la realidad es más potente que el deseo. La candidatura ibérico-marroquí para albergar el Mundial de 2030 era y es la más favorita y poderosa. La decisión de la FIFA es justa.
Hasta el presidente de la república de Uruguay, Luis Lacalle Pou, reconoció el pasado miércoles que la decisión es justa y que es motivo de celebración que a Uruguay le hayan adjudicado el partido inaugural del Mundial 2030, que tendrá su primer encuentro en el estadio Centenario, según informó el diario El Pías de Uruguay.
El presidente uruguayo confesó que sus compatriotas quieren organizar el Mundial de 2030, sin embargo es difícil competir con dos continentes y tres países. «Recién me mandaron mensajes unos amigos: ‘Luis, nosotros queríamos organizar todo’. Sí, yo también”, dijo el presidente de Uruguay .
“Estaba todo para que lo organicen España, Portugal y Marruecos, y ni les digo si le agregamos la capacidad económica”, subrayó. Además aclaró que fue una decisión «justa» porque “se involucra a tres continentes y seis países” y “la parte buena es que después de 100 años Uruguay, Montevideo y el estadio Centenario tenían que ser centro de ese Mundial”.
Los países suramericanos albergarán los tres partidos inaugurales. Marruecos, España y Portugal organizarán juntos más de 100 partidos. Cada uno albergará más de 30 partidos. La FIFA todavía no ha anunciado las ciudades que albergarán las semifinales y la Final. Ojalá sea Casablanca.
La declaración del presidente de Uruguay demuestra que el fútbol no sólo puede sino es un factor de unión y convivencia. Lo que la política divide de los pueblos, el fútbol lo une con sus hilos. Una decisión justa.